Suscríbete a
ABC Premium

La Puebla del Río despide al rejoneador Rafael Peralta a hombros

La localidad vive hoy su segundo día de luto oficial por el fallecimiento de su hijo predilecto este viernes a los 92 años de edad

Muere el rejoneador Rafael Peralta a los 92 años

Numerosas reacciones de condolencia se suceden tras la muerte de Rafael Peralta

Centenares de personas han acudido al entierro de Rafael Peralta Manuel Olmedo
Paula Guerrero

Paula Guerrero

La Puebla del Río

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Por última vez, Rafael Peralta recorrió las calles de su pueblo. No lo hizo montado a caballo, como tantas otras veces, sino a hombros, sostenido por los brazos y el amor de quienes lo admiraron, lo siguieron y lo quisieron. La Puebla del Río ha despedido este sábado a uno de sus vecinos más universales, referente de la tauromaquia, símbolo del arte a caballo y alma de una estirpe que ya forma parte del imaginario andaluz.

Fallecido este viernes a los 92 años a causa de una neumonía en el hospital Quirón Sagrado Corazón de Sevilla, Rafael Peralta deja tras de sí una historia escrita a compás de arena, riendas y poesía. El pueblo, que decretó tres días de luto oficial, se volcó en un multitudinario y emotivo entierro que quedará grabado en la memoria como una estampa de respeto, devoción y despedida. Una veneración que traspasa fronteras, ya que incluso en el municipio vallisoletano de Medina de Rioseco ha decretado un día de luto por el fallecimiento del que fue nombrado hijo adoptivo en 2020.

Galería. El cortejo estuvo escoltado por dos caballos Manuel Olmedo

Desde primera hora de la mañana, La Puebla respiraba recogimiento. La capilla ardiente, instalada en el Salón de Plenos del Ayuntamiento, fue un constante ir y venir de vecinos, amigos, rostros conocidos y anónimos. A las 12 del mediodía, las campanas de la parroquia de Nuestra Señora de la Granada comenzaron a repicar. El silencio se hizo entre el gentío mientras el féretro abandonaba el Ayuntamiento con la bandera de España y La Puebla del Río y escoltado por una pareja de caballistas a pie. Las calles, engalanadas de duelo, se abrieron paso al cortejo fúnebre, acompañado por la Banda Municipal que interpretaba la marcha 'Mater Mea'.

El féretro, llevado a hombros, fue avanzando lentamente por su pueblo. A su lado, su esposa, Mamer Revuelta, sus hijos —entre ellos la diseñadora Peralta— y sus nietos, visiblemente emocionados, encabezaban una marea humana que parecía no tener fin. Detrás, vecinos de toda la vida, figuras del mundo del toro y de la sociedad andaluza como Teresa Baca, Inés Domecq, Fermín Bohórquez, Pareja Obregón, Mercedes Domecq o Borja Vázquez, entre muchos otros, se unían al cortejo.

En la parroquia cigarrera de Nuestra Señora de la Granada, templo donde tantas veces resonó su fe, se celebró una misa funeral que combinó la solemnidad del rito con el alma de la tierra. No faltaron los tonos rocieros ni las referencias taurinas. Se recordó su legado junto a su inseparable hermano Ángel, fallecido en 2018, y se evocaron nombres como el de Juan Belmonte, en un hilo de memoria y respeto que unió generaciones de aficionados y profesionales. Aunque, no solo se celebraba la historia de Rafael Peralta como rejoneador, también como marido, padre, abuelo y amigo.

La misa, que duró cerca de media hora, congregó a una multitud que desbordó por completo la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Granada. No cabía nadie más dentro del templo: todas las puertas permanecieron abiertas, los pasillos se llenaron de gente de pie y decenas de vecinos se agolpaban en los exteriores, buscando participar, aunque fuera desde la distancia, del último adiós. A las puertas de la iglesia, una hilera de coronas de flores enviadas por familiares, amigos e instituciones rendía homenaje al rejoneador, llenando de color y respeto el atrio del templo.

Tras la emotiva Salve Rociera que cerró la ceremonia, la familia permaneció durante casi una hora dentro de la iglesia, recibiendo con emoción el incesante goteo de abrazos, palabras y silencios de un sin fin de personas que incluso aguardaban colas para dar el pésame. Cuando el pueblo entero hubo rendido tributo, el féretro volvió a las calles en un gesto de adiós. Esta vez, ya sin hombros que lo llevaran, pero aún seguido por algunos que intentaban acompañarlo unos últimos pasos, como si les costara dejarlo ir del todo. Porque Rafael Peralta no se ha marchado. Rafael Peralta seguirá cabalgando en la memoria de su gente, en la historia del toreo, en la raíz de un pueblo que hoy lo ha despedido con la grandeza con la que vivió.

Descansa en paz, maestro.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación