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ABC Cultural

Volvió Morante y el mundo volvió a soñar: todo era posible

Tarde de inmensa torería del genio del arte, por la puerta grande con Enrique Ponce -en su despedida de Santander- y Fernando Adrián en una orejera corrida de Domingo Hernández

Toda la agenda taurina del verano de Morante

Morante levantó monumentos por chicuelinas Serrano Arce
Rosario Pérez

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Buscábamos una razón y la razón era Morante. Volvió el genio y el mundo se puso a soñar: cualquier sueño entero era entonces posible. Atrás quedaba la pesadilla de dos interminables meses sin su torería. El ruedo era a las siete un planeta ... mucho más bonito. Y, también, más humano. Sonreíamos con su toreo, aunque a la vez dolía ver el alma rota de un hombre, tan cargada de sentimiento. Así fue su faena. Sublime. De una torería nacida para marcar una época y que morirá cuando se arrastre su último toro.

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