El Juli: «Gracias por rebelaros contra la injusticia del ministro de Cultura con la tauromaquia»

La cultura no pertenece a ningún partido político, ni a ningún político. La cultura es del pueblo y pertenece al pueblo, y cualquier político en ese cargo está en la obligación de gestionar, promover y difundir la cultura de nuestro país. Basta ya de la politización de la tauromaquia.

El toreo no es de derechas, no es de izquierdas. El toreo, como la cultura, pertenece al pueblo y a la gente que quiere sentir y disfrutar la tauromaquia como un espectáculo y como un arte universal. Es el espectáculo más integro, más auténtico que vivimos en una sociedad ayuna de valores y de ética.

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Un torero se juega la vida en directo por un amor a una profesión, por una vocación que está por encima de cualquier tipo de interés. La verdad se impone y la emoción llena las plazas de jóvenes, que se movilizan para sentir algo que sólo se siente en una plaza de toros. La vida y la muerte en una expresión artística es algo inigualable cuando alcanza la belleza de lo profundo y lo estético.

La cultura no se censura y abogo por una sociedad en la que se nos permita lo más importante que puede tener un ser humano: la libertad.

Tengo el honor de recibir el último premio Nacional de Tauromaquia, aunque con el desprecio de su actual ministro. Pero por encima de él y por encima de mí, está el pasado, presente y futuro de un arte y de una expresión cultural que enriquece a nuestro país por todo el mundo, por la que he dado sangre, sudor y lágrimas por sentir, expresar y emocionar a quien se sienta en un tendido.

Gracias, presidenta, por su labor. No solo con la tauromaquia, con todos los aspectos de la Comunidad de Madrid, en la cual me siento orgullosamente querido, puesto que es mi comunidad. Gracias a todos los que habéis hecho posible la continuidad de este premio y gracias a todos los que lucháis por la libertad.