Diez medidas para mejorar la Fiesta de los toros

Se deben desarrollar los preceptos legales para impedir que otros ayuntamientos o comunidades autónomas sigan el ejemplo catalán, prohibiendo la Tauromaquia en su ámbito. Hay que garantizar legalmente que, en cualquier lugar de España, todos los que lo deseen tienen derecho a acceder y disfrutar, en un clima de libertad, de este patrimonio nuestro.

Debe garantizarse la libertad de ejercer su profesión de todos los profesionales taurinos, incluidos los empresarios. Se debe proclamar y hacer cumplir la libertad de comercio, en toda España, con los requisitos legales.

De acuerdo con la tradición y vigencia de la Fiesta, el Gobierno debe fomentarla y difundirla; en concreto, ha de tener una presencia en Televisión Española y Radio Nacional de España acorde con su peso ecológico, económico y cultural. Es necesario transmitir al conjunto de la sociedad española -sobre todo, a los más jóvenes- los valores que posee la Tauromaquia, reconocida, en el mundo entero, como seña de identidad de nuestra cultura.

El Gobierno debe favorecer, con medidas de ámbito nacional y europeo, en las que participen los Ministerios afectados, la cría del ganado bravo y el ecosistema de las dehesas.

Se deben fomentar las novilladas, como se hace con otras actividades juveniles, de formación, con rebajas en la presión fiscal.

Hay que regularizar y garantizar la permanencia de las Escuelas Taurinas de titularidad pública: el proyecto de incluirlas en la Formación Profesional parece una vía adecuada.

Los pliegos de adjudicación de las Plazas de toros de titularidad pública deben adecuarse a la situación económica y los ingresos que perciban por este concepto las Administraciones deben repercutir en la mejora de la Fiesta.

Hay que evitar el acoso ilegal que están sufriendo los aficionados y hasta los profesionales. El ejemplo francés es muy claro: respetar el derecho de manifestación de los antitaurinos, pero en el lugar adecuado, no en las mismas puertas de las Plazas, con insultos y amenazas, lo que ha dado lugar ya a graves incidentes. La recomendación, en este sentido, que hizo el Ministerio del Interior a las delegaciones de Gobierno no ha sido seguida suficientemente y debe elevarse a ley.

Las Plazas de toros tradicionales forman parte de nuestro patrimonio histórico y artístico; por ello, deben disfrutar de las ayudas oportunas para su restauración y mejora.