Toni Cantó: «Salir del armario progre sale muy caro»
Entrevistas con la maleta
La primera maleta del verano toca al actor, político y actual director de la Oficina del Español en la Comunidad de Madrid. Al valenciano le gustan los chiringuitos, no así los cachondeos al respecto, y no se le caen los anillos por cambiar de ciudad, oficio o camiseta

Llegó a Madrid como un joven Paco Martínez Soria: mirando los edificios antes de ir a cada casting. Vendió patatas fritas y sandías, ejerció de disc jockey en las discotecas valencianas, fue modelo comercial e incluso chico Almodóvar. Acabó en el Congreso de los Diputados, ... primero con UPyD y luego con Ciudadanos. Ahora ejerce de director de la Oficina del Español. Si algo sabe hacer Toni Cantó es maletas. En ellas empaca las chaquetas que hagan falta. A él no se le caen los anillos por cambiar de tolda, ciudad, casa o profesión.
Actor de teatro, cine y televisión, Toni Cantó creció en una familia valenciana de clase media, pero le hacía ilusión ejercer progre. Así lo ha escrito en las páginas de sus memorias políticas 'De joven fui de izquierdas pero luego maduré' (Ediciones B), un libro que lleva consigo en la maleta que hace junto a ABC antes de marcharseal Paraíso, en Playetas, el lugar donde creció coleccionando tortugas, un animal con el que se siente identificado y no precisamente por la lentitud. De política, equipajes y hasta de Shakespeare habla Cantó en esta entrevista.
¿Qué llevaba en la maleta Toni Cantó cuando llegó a Madrid?
Siempre he llevado lo imprescindible en la maleta. Es algo que ya me ocurría y que perfeccioné en las giras de teatro. Te diría que entonces llevaba mucha inconsciencia y mucho caradurismo.
Hacer maletas es un arte, y usted conoce muy bien el truco.
Por eso digo que me siento identificado con las tortugas, porque llevo la casa entera a cuestas. Al final he tenido una vida muy agitada. Me he movido mucho.
¿Cuántas chaquetas caben en su equipaje?
Varias. Espero estar llegando a la esencia. De hecho, escribir el libro ha sido un proceso curioso y también doloroso. Al darme cuenta todo lo que he hecho, he podido congraciarme con muchas cosas de mi vida; otras me han dolido. Me he dado cuenta de que estoy cerrando un ciclo.
Eso ya lo dijo cuando abandonó Ciudadanos y se marchó al PP.
Yo no estoy en el PP.
Se fue enfadado de Ciudadanos y fichó por la lista de Isabel Díaz Ayuso a la Comunidad de Madrid.
Cuando me marché de Ciudadanos dije lo que sentía en ese momento. Me ofrecieron trabajo inmediatamente. Tuve un par de oportunidades. Luego, tanto Miguel Ángel como Ayuso me invitaron a formar parte de esta aventura.
¿Y así, de golpe, le gustaron los populares?
Honestamente creo que en este país no hay lugar mejor para estar en un gobierno que en el de Ayuso. No hay un fenómeno político más interesante que ese. Para cerrar el ciclo me parecía perfecto.
¿Está haciendo maletas para un viaje de vuelta al teatro?
Mi regreso a las tablas es difícil. En mi profesión no se perdona fácilmente una aventura política como la mía. En el teatro, todo el que esté en lugares distintos del PSOE o Podemos, lo tiene muy complicado.
¿Tan mal se lleva con su medio?
La interpretación es uno de los mundos más bonitos que pueden existir. He sido crítico con el posicionamiento político de la elite de mi profesión, porque me parece que cobarde, partidista y ventajista, pero hay una inmensa mayoría que no está de acuerdo. Mucha gente no se atreve a salir del armario progre, porque sabe que tiene un coste. Siendo una profesión tan precaria económicamente, el precio a pagar es caro.
Hay una relación entre la interpretación y el mundo de la política. ¿Por qué?
El actor debe ser capaz de comunicar las ideas y conectar con la gente, pero también el político tiene que hacer lo mismo, para llegar a los electores. Hay algo más: el político es un creador de contenidos. En política, me he pasado todo el día creando contenidos. He usado la imaginación tanto en la política como en el teatro.
¿Sobreactúan los políticos?
En el teatro se dice que la sobreactuación tiene que ver con inseguridad o con el menosprecio hacia el público.
¿Quién es el político que actúa mejor?
En este momento, en este país, creo que la presidenta conecta con la gente como nadie. No tiene una explicación lógica, pero la gente se la cree. En el lado opuesto, el sinvergüenza por excelencia: el presidente, que es capaz de mentir a todo el mundo, de decir una cosa y su contraria sin sonrojarse en ningún momento y sin que le caiga la cara de vergüenza.
¿Cuál es la diferencia entre lo que ha hecho usted y lo que ha hecho Pedro Sánchez? Cambio es cambio, ¿no?
Es distinto, por el tipo de cosas que él está haciendo. En una sociedad en la que parece que está mal visto, reivindico la posibilidad de cambiar y evolucionar. Desde Luego que a mí me ha ocurrido. Así lo he contado en este libro. Mis ideas actuales no tienen nada que ver con las que tenía cuando era una adolescente, que es la época en la que más progre he sido.
Los chiringuitos
No cumplía aún los diez años cuando ya había montado un chiringuito, un puesto improvisado donde vendía patatas fritas y coca-colas en Playetas, adonde vuelve para pasar parte de su verano. En la maleta ha empacado algunos libros, desde novela negra hasta ensayo. «Me gusta Ellroy y cuando me voy de vacaciones, busco que una novela me abstraiga, así que el género negro y el policiaco funcionan muy bien ara eso. A Gregorio Luri lo llevo porque me gusta mucho», dice.
Aunque ha empacado también una pesa, lo suyo es el rugby. «Elegí la pesa simbólicamente. Aprovecho el verano para ponerme en forma un poco. Aparte de meter tripa en la playa, que algunos dicen que es un gran ejercicio, me gusta jugar con los amigos, ya sea tenis o cualquier otra cosa». También lleva el portátil, porque está preparando una pieza de teatro para una residencia de ancianos; una gorra de los Yankees, para pasar desapercibido; una agenda y dos bañadores, uno rojo y otro azul, para honrar a las dos partes de su familia.
¿Escribió usted el libro?
Lo escribí yo. He disfrutado mucho el proceso. No es el primero, por cierto. Escribí uno hace unos años. se llamaba 'Verbo y carne'. También escribí otro sobre política. En este, procuré dedicarle tiempo cada día, en lugar de ir atropellado. Quise disfrutar el proceso y así ha sido. También he escrito teatro.
¿Qué aporta haber interpretado a Shakespeare o a Lope para ser político?
Cada una de las ocasiones en las que he interpretado ese tipo de clásicos, la terminar la última función, los olvido. Con todo el pesar de mi corazón, pienso: ya nunca va decir estas palabras que he podido decir durante este tiempo. ¿Tú sabes lo que supone decir lo que dice Laertes en Hamlet? ¿O lo de dice cualquier personaje de los grandes clásicos cada tarde?
Pero alguna frase le vendrá a la cabeza. Ricardo III buscando su caballo, por ejemplo.
Por desgracia ya no podría interpretar a Ricardo III. Según el director del National Theatre solo un discapacitado puede hacerlo. Más allá de eso, tengo mala memoria. Nadie me cree, por las funciones de teatro y monólogos que he hecho. Flotats dice que lo actores tenemos la memoria en los pies, porque hay dos dimensiones. Es posible recordar determinada frase en una parte específica del escenario y eso ayuda. Normalmente, a las dos semanas de acabar una función, ya he olvidado el texto.
¿Se lleva algo relacionado con la literatura en español o sobre el idioma español?
La verdad es que no llevo nada.
Dejará descansar la oficina, claro. ¿Y cómo va?
Bien, estoy muy contento. He creado tres proyectos que van a continuar el año que viene y tienen visos que seguirán en el tiempo. Uno es el concurso de lengua de todos los colegios públicos y concertados de la ciudad de Madrid. El siguiente es 'El sueño de Madrid', un homenaje que haremos a la inmigración hispana. El tercer proyecto es 'Palabras olvidadas', un viaje por las residencias de ancianos para que nos cuenten las palabras que ya no usan. Junto con la RAE, que lo certifica, crearemos un diccionario además de un vídeo con las diez palabras más llamativas.
En ocasión de la Oficina del Español, ¿a Toni canto le gustan los chiringuitos?
Lo increíble de todo aquel cachondeo del chiringuito es que tiene que ver única y exclusivamente con la presidenta y conmigo. Porque Pedro Sánchez ha levantado una exactamente igual: la Oficina del Español en el Mundo, que se ha creado hace poco, y que depende del Ministerio de Exteriores, en Andalucía existe otra y en Castilla y León también. Existe en todas partes todo el mundo. Cualquier comunidad quiere conseguir acaparar la mayor cantidad de estudiantes de español. Lo que pasa es que para los progres, agitar Ayuso, español y Toni Cantó es como agitar unos ajos delante del vampiro.
Madrid y Málaga le están disputando a Barcelona una capitalidad cultural con la que se han distraído.
Barcelona no se ha distraído, Barcelona ha renunciando a su capitalidad cultural. Votar populismo tiene un precio. Si votas Colau, tienes Colau, y tienes otro tipo de ciudad. Valencia se ha quedado atrás. Se ha podido aprovechar mucho de lo que ha caído Barcelona. Tiene un alcalde, que es un populista y un vago, Ribó, y que se parece bastante a Colau. Ellos ven al empresario como si fuera el demonio. El voto tiene consecuencias y cuando le gente se da cuenta, ya es muy tarde. En cuatro años se destrozan otras cosas.
¿Adónde se marchará este verano?
Espero poder irme en agosto. Quiero disfrutar con mis dos hijos, a los que echo mucho de menos y ellos tienen muchas ganas de venir a Valencia. Voy a pasar las vacaciones en el lugar donde comienza el libro, que es el lugar donde veraneo desde niño y voy a pasar ahí las vacaciones. Cada acera, cada plaza tiene miles de historia y ahí están mis amigos, que son los que me bajan a la atierra. Para ellos yo soy el colega de la banda y me siento muy cómodo ahí.
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