Muriel Romero: «El bailarín es una fuente de conocimiento del ser humano como pocos»
La directora de la Compañía Nacional de Danza presenta su primera coreografía al frente del conjunto, '#INCUBATIO Circumambulatio'
Muriel Romero: «La pugna entre ballet clásico y danza contemporánea ya es algo pasado»

«Intensos, muy intensos...» Lo dice, después de un suspiro, Muriel Romero cuando se le pregunta qué tal los primeros meses al frente de la Compañía Nacional de Danza, de la que se hizo cargo en septiembre de 2024. «Mucha gestión –añade–; el ... 95 por ciento de mi trabajo es de gestión». Ha tenido tiempo, sin embargo, para escaparse a la sala de ensayos y crear su primera coreografía para la compañía, '#INCUBATIO Circumambulatio', junto al músico Pablo Palacio, la otra mitad de la compañía Stocos, su conjunto antes de hacerse cargo de la CND. Después de su estreno en la localidad alemana de Baden Baden hace unos días, el espectáculo se presenta en los Teatros del Canal los días 17 y 18, dentro del festival Madrid en Danza.
Muriel Romero no quería coreografiar tan pronto para la compañía, pero las necesidades de su agenda le han llevado a presentar esta obra, que ya creó para Stocos, y a la que ha decidido dar «una segunda oportunidad». Se basa en la 'incubatio', «una técnica ancestral que se desarrolló en la Magna Grecia y que llevaban a cabo personas y poetas como Parménides o Pitágoras; el ritual consistía en encerrarse en un templo, en una cueva, y un 'iatromantis', una especie de chamán, te guiaba a un sueño profundo y curativo, a conectar con esas imágenes del inconsciente colectivo, esos arquetipos de los que hablaba Carl Gustav Jung. Vamos a ver imágenes como el mercurio, el agua magnética, las gotas de luz, el mándala».
En la parte titulada 'Circumambulatio' ha creado Muriel Romero una especie de «coro griego» con diez bailarines. «Ellos crean la 'Circumambulatio', otro concepto 'jungiano', que significa el movimiento alrededor de un punto que quieres proteger. Antiguamente se creaba ese círculo donde se creaban las ciudades».
El iatromantis y el mystés
Estos conceptos llevan en la cabeza de Muriel Romero y Pablo Palacio casi quince años, y surgió, añade, de la lectura de Parménides, Peter Kingsley o Joseph Campbell. «Hemos estudiado mucho la mitología y ha salido ahora». Para ello se ha creado una tecnología nueva; «los bailarines se convierten en el 'iatromantis' y en el 'mystés', el chamán y la persona que yace y experimenta este sueño curativo», sigue la coreógrafa. «Los bailarines llevan sensores y gracias a esa tecnología se transforman, a través de su cuerpo y cualidades de movimiento, en sonido, en luz, y manipulan también la imagen».
La tecnología que emplea Muriel Romero amplifica su danza, dice. «Los bailarines siempre hemos seguido la música, y aquí hay una composición musical, pero hay también momentos en que el bailarín crea el sonido con su cuerpo. Los sensores que llevan miden las diferentes cualidades de movimiento y lo traducen en sonido. Todo esto viene del estudio que llevamos haciendo Pablo y yo de la conexión entre música, sonido, cuerpo, movimiento; que es la conexión de toda la vida entre la danza y la música. Y aporta una sensibilidad, una percepción diferente».
Detrás de esta obra hay una reflexión sobre las redes sociales: «Vivimos en un tiempo en el que cada vez es más difícil encontrar un espacio que nos permita aislarnos de los estímulos externos y conectar con nosotros mismos. El flujo informativo provocado por el gran desarrollo tecnológico en el que estamos inmersos nos lleva a orientar nuestra mirada al exterior, a reaccionar y conectar con cualquier realidad objetiva, pero olvidando nuestra subjetividad».
Nigredo, albedo y rubedo
Para esta reflexión –sigue la directora de la CND– trasladada a la danza ha empleado los tres colores de la alquimia: nigredo (negro), albedo (blanco) y rubedo (rojo). «Lo nigredo es lo oscuro, la sombra que todos tenemos dentro, el inconsciente; el albedo es lo celestial, el espíritu, y el rubedo es la sangre, el cuerpo. Esos son los tres colores primarios de la alquimia que se van a ver en la puesta en la escena yen el vestuario».
Muriel Romero reconoce que en su trabajo hay mucha investigación. «No me interesa hacer por hacer, sino trabajar sobre preguntas que te vas haciendo y para las que quieres encontrar respuestas, sobre conceptos que te van interesando, que vas estudiando. Creo que todos los artistas tienen una búsqueda detrás de cada concepto que quieran expresar. Yo primero creo el concepto y a partir de ahí busco el movimiento. Aquí el movimiento, por ejemplo, lo he buscado, después de investigar mucho sobre la hipnosis o la catalepsia. En otras piezas saldrá desde otro lugar».
La inteligencia artificial también planea sobre '#INCUBATIO Circumambulatio'. «Llevo muchos años trabajando en proyectos europeos en los que trabajo con ingenieros de robótica y les encanta el estudio del cuerpo y trabajar con los bailarines. Hay mucha gente investigando alrededor del cuerpo; el bailarín es una fuente de conocimiento del ser humano como pocos, porque reúne lo físico, lo espiritual y las emociones».
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