Muere Kiskilla, ex teclista de Mägo de Oz, a los 58 años

Sergio Cisneros Anguit estaba ingresado en el Hospital de La Paz, donde ha fallecido este jueves 6 de marzo tras años de lucha contra una enfermedad pulmonar obstructiva que le llevó a retirarse de los escenarios en 2021.

«Nuestro querido amigo ha dejado de sufrir y por fin está ahora donde no existe el dolor», dice el mensaje su ex compañeros en las redes sociales del grupo. «Estos días en Madrid no para de llover y es que hasta el cielo llora su pérdida. Ha sido un honor compartir contigo el camino de baldosas amarillas. Espéranos y ve organizando un último concierto para cuando lleguemos los demás», se despiden.

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Jorge Herrero

El músico madrileño comenzó su andadura musical en el grupo de heavy metal Cobra y en famosa banda de música celta y folk-rock Labanda. Ingresó en las filas de Mägo de Oz en el año 2000 para la grabación del disco 'Finisterra', con el que el grupo alcanzó su mayor éxito. Siguió unido a la banda hasta 2012 trabajando en otros álbumes emblemáticos como 'Gaia', 'Belfast', 'La Ciudad de los Árboles' o 'Love and Oz', entre otros, además de los directos 'Fölktergeist', 'A costa da rock', 'Madrid Las Ventas' y 'Barakaldo D. F.'.

Tras su salida de la banda prosiguió su carrera como teclista junto a otro ex Mägo de Oz, José Andrëa, en el grupo Uróboros, y también formó parte de AmigOz, conjunto liderado por otro ex Mägo, Salva García, donde coincidió con el recientemente fallecido Fernando Ponce de León, tocó con los legendarios Topo y colaboró con otros nombres ilustres del rock y el heavy como Los Suaves y Ars Amandi.

Varios artistas de la escena han expresado sus condolencias a través de las redes sociales. «Descansa en paz», ha escrito Carlos Escobedo, de Sôber. «Una lástima, un gran músico y persona. Mucho ánimo!», dicen los componentes de Sylvania.

A lo largo de más de tres décadas de carrera, Mägo de Oz ha lanzado más de 20 discos, ha vendido más de 2 millones de copias y ha recibido reconocimientos como 11 discos de oro, 2 de platino y una nominación a los Latin Grammy. Su trilogía Gaia elevó aún más su prestigio internacional, consolidándolos como un referente del folk-metal. En 2008 alcanzaron el disco de diamante por superar el millón de copias vendidas en España, y su éxito se extiende también a Latinoamérica, donde han encabezado listas de ventas en países como México.

La muerte de Kiskilla se ha producido diez días antes del inicio de un esperadísimo proyecto audiovisual sobre Mägo de Oz. El cineasta Álvaro Brechner, ganador de un centenar de premios internacionales, va a comenzar el 17 de marzo en Madrid el rodaje de 'Mägo de Oz, la película', una ambiciosa producción de Eterno Island Pictures, filial de El Sueño Eterno Pictures, que se extenderá durante 12 semanas entre la capital y las Islas Canarias, y en la que el propio Kiskilla estará interpretado por el actor Luis Bondía.

La película llevará a la gran pantalla la historia jamás contada de la icónica banda de folk metal, combinando espectaculares escenas de conciertos con momentos íntimos que reflejarán los desafíos y la evolución del grupo a lo largo de los años. Al proyecto acaba de sumarse el actor Jorge López, conocido por su papel en 'Élite' (Netflix), que comenzó la semana pasada los ensayos junto a Adrián Lastra, Adrià Mondaray, Guillermo Furiase, Michelle Renaud, Marc Parejo, Luis Bondía (que será quien interprete a Kiskilla), José Sospedra, Carlos Librado ‘Nene’ y Jon Arias trabajando en algunas de las canciones más emblemáticas de Mägo de Oz, como 'Fiesta pagana', 'Molinos de viento', 'Jesús de Chamberí', 'La costa del silencio', 'Hoy toca ser feliz' o 'La voz dormida'.

Bajo la exigente dirección de ‘Peri’, exbajista de la banda y productor ejecutivo de la película, estos ensayos están siendo clave para que cada actor se sumerja en su personaje y afiance su dominio del instrumento. Sobre la envergadura del proyecto, Brechner lo define como un concierto épico: «Tener esta ventana nos permite trabajar con calma pero sin perder intensidad. Es un proyecto ambicioso, no solo por la duración del rodaje, sino por la mezcla de grandes escenas de conciertos con momentos mucho más introspectivos. Dirigir algo así es como montar una sinfonía: hay movimientos y momentos para todos los gustos».