Judith Mateo: «A mí han llegado a preguntarme, '¿por qué no cantas, con lo mona que eres?'»

Ahora estrena 'ViolinArte', un octavo disco formado por once canciones donde tienen cabida las leyendas Manchegas, con temas como 'La Encantá', el feminismo con 'Techo de Cristal', el homenaje a los inicios de la música electrónica con 'Pop Corn' o la música disco con 'Fiesta', acompañada por un elenco de importantes cantantes internacionales como la mexicana Cecilia Toussaint, las voces juveniles del Chicago´s Children Choir, Patry Aguilar, Carolina Padró o el aragonés Chuse Joven.

¿Cómo se hace para que un disco tan extremadamente variado quede tan compacto?

Está muy bien hilado, es verdad. He querido darle una vuelta de tuerca al enfoque para dar un paso distinto en mi carrera, y creo que la sonoridad está conseguida. Es un disco muy, muy pensado en cuanto a las tonalidades. Es un álbum bastante experimental bajo mi punto de vista. Hay temas con hasta cinco o seis violines y el proceso de mezcla ha sido complejo.

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También tiene algunos elementos de lo que llamamos 'disco conceptual', ¿no?

Me lo han dicho, que tiene ese aire. Al principio no me di cuenta, pero poco a poco he ido entendiendo que esa descripción sí puede ajustarse a 'Violinarte', por cómo fluye el disco, y por los temas que trata. Yo ya llevo veinte años en este negocio y he querido contar anécdotas que me han pasado como mujer instrumentista a lo largo de mi vida. Si ya es difícil ser mujer en la música, imagínate ser mujer instrumentista, no cantante.

¿Qué le ha llevado a adoptar este enfoque?

La madurez, el estar ya un poco hasta las pelotas, el haber visto de todo. Ya sé dónde llego y dónde no llego, ya no tengo esos sueños de adolescencia que me metieron en la cabeza. Ya sé de qué va el negocio, ya no me van a meter un gol con nada, ya no me van a convencer de quién es el que mejor canta porque haya pasado por Operación Triunfo. Yo he estado en talent-shows y desde el primer programa se sabe quién va a ser el ganador. Sigo haciendo música porque estudié en el conservatorio, creo en mi proyecto y sé lo que quiero, no porque me crea ningún cuento chino de esos que tanto se ven en esta industria. Por eso también he invitado a mujeres artistas que no son tan conocidas. Las colaboraciones se han vuelto muy aburridas, y para mí, lo interesante que tienen me parece que es descubrir a nuevos artistas. Pero no, ahora mismo, la grandísima mayoría de colaboraciones que se ven, se hacen sólo porque los dos artistas son de la misma compañía. Estoy ya bastante harta de las cosas que se hacen sin sentido, sólo por el beneficio económico. A mí han llegado a preguntarme: '¿Pero y tú por qué no cantas en vez de tocar el violín, con lo mona que eres?'. Te quedas con ganas de responder, '¿y para qué coño crees que he hecho una carrera de conservatorio?'.

¿En este país falta cultura instrumental?

Totalmente, no hay cultura de escuchar música no cantada. Yo misma he tenido que incluir temas cantados porque si no el público se aburre. Y sé que ha habido muchísimas mujeres que querían ser instrumentistas, y se les ha obligado a cantar. Escribí un libro llamado '101 canciones con las que te ligarías a cualquiera' (ed. Planeta) y me costó sangre, sudor y lágrimas encontrar a mujeres que sólo fueran instrumentistas.

Ha recorrido muchísimos países de gira. ¿Cuáles son los que reciben mejor su propuesta?

México, sin duda. Ahora vuelvo de gira allí y sé que va a ser genial, porque siempre que he ido me he encontrado tantas cosas buenas que sólo siento gratitud. Esta va a ser mi quinta gira mexicana. Estuve a punto de abrir la gira de Enanitos Verdes en noviembre, e iba a ser la leche porque ellos llenan estadios allá donde van. Pero el cantante falleció... una pena.