Los Grammy Latinos le montan en Sevilla a Laura Pausini la mejor noche de su vida

Así, su gran noche empezó con alfombra roja, con ella como plato principal, seguida de estrellas amigas, conocidas y quizá completamente desconocidas, además de las autoridades pertinentes. Luego, cena de alto copete (bombón de oro y 'foie' de aperitivo, solomillo de vaca, ajo-blanco, tartar raf y postre inspirado en las raíces de la diva italiana, entre otros manjares) y actuación de los colegas. Y ese era precisamente el misterio raphaeliano: ¿les saldría bonito?

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Javier Villuendas

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El concierto comenzó con media hora de retraso y una revisión flamenca de 'Bienvenido' interpretada por Alejandro Sanz a dúo con India Martínez. Y Pausini haciendo gestos extasiada. Después, aparecieron, orbitando de nuevo alrededor de Alejandro Sanz, Niña Pastori y Malú, con un madrileño que fue cobrando pulso vocal después de unos primeros compases forzado en 'La soledad', un clásico de la de Faenza.

«Laurita, te queremos, te respetamos y disfrutamos cada segundo de música que has hecho en tu vida. Viva la música y viva Laura Pausini», decía su amigo Sanz para terminar este vertiginoso arranque, y dando pistas de la montaña de glucosa que se avecinaba como es normal en este tipo de ofrendas. En un momento dado, la brasileña Anitta llegó a decir que «Pausini era la persona más genuina y serena que había conocido en su vida». ¡Las dos cosas! Y Marc Anthony incluso afirmó que la cantante le había cambiado la vida con su primer disco, sin especificar por qué.

Después apareció el CEO de los Grammy Latinos, Manuel Abud, para explicar que «nuestra persona del año ha roto géneros e idiomas y celebra 30 años de carrera artística. Y por eso esta fiestecita», dijo entre risas. Después pusieron un vídeo repasando su trayectoria con la aparición de un Miguel Bosé anoche ausente, pero muy presente en general en varios vídeos más. Pausini empezó a llorar muy pronto...

Y con americana azul eléctrica, obligatorias gafas de sol, se elevó la voz de Andrea Bocelli para cantar 'Lei'. Retumbaron las paredes del Palacio de Congresos y el corazón de Pausini, que lo dio todo en su papel emotivo, con triquiñuelas pertinentes para tocar la fibra como las imágenes de la vocalista junto a los inolvidables Juan Gabriel o Charles Aznavour, en donde acababa afirmando 'lei' en este material de archivo al lado del francés: «Es el honor más grande de mi vida cantar contigo».

Tras este 'impasse' histórico, salió al escenario a actuar el insospechado dúo formado por Carín León, el cantautor de regional mexicana, y nuestra Vanessa Martín para marcarse un 'Amores extraños' extraño y quizá algo más frío que el vehemente tramo inicial que no hacía mella en la cara de una Pausini que siempre enfocaban en los pantallones sonriente y llorosa.

«Para mí y para muchos eres un referente. La meta de tu viaje está tan bien equilibrada, con tu amor por tu familia, por tus hijos, tus amigos. Y la música es eso: navegar. Siempre tendré una Vespa para recogerte en Roma», acabó con brillo Martín para lograr el aplauso de la grada.

En modo sinfónico, al uso de la canción ligera que hizo famosa a la de Emilia Romagna, le tocó ahora a Fonseca junto a su compatriota Sylvestre Dangond, que se quedaron 'Quiero decirte que te amo', buena caza, en un tema que mutó con las percusiones a algo más latino como replicaron en más canciones. Y, de repente, Carlos Vives irrumpió para cerrar la triada colombiana y montar un simpático sainete sobre quién amaba más a Pausini.

Mon Laferte y Christian Nodal trajeron los tatuajes en la cara y en los brazos, indelebles seguro para la memoria de la vocalista premiada pues fue uno de los dúos más hermosos y químicos de la gala, interpretando 'Cómo si nos nos hubieramos amado', con la chilenomexicana sentada a la guitarra y Pausini apoyada ya directamente en el escenario como acodada en la barra del bar de su propio corazón.

Más dúos pero ahora no tan inesperados. Luis Fonsi y David Bisbal, el ídolo moroso y el empático con los máquinas, que metieron, como siempre hacen, la quinta marcha de la intensidad. «Y se hace grande y crece en mí. Este deseo que sentí. Tú no me dejes más», recitaban en un juego de golpes vocales que caminó temerario por el alambre de lo pomposo.

Antonio Orozco y Pablo López fueron los siguientes en el recital, con una Pausini más exhausta ya que a la que la enfocaban reaccionó para darlo todo. Muy amigos suyos, cayó un elogio raro de López: «De lejos, habla y te dan ganas de enrollarte hasta con el cámara, por ejemplo». Y el azucaramiento aún se incrementó con el dúo de Elena Rose y Pablo Alborán interpretando 'Seen (o sì)'. La unión de Bebe junto a Reik tampoco la vimos venir, y hubo una interpretación tropicalista y rapera de 'Se fue' por parte de Beret, Danny Ocean y Ovy on the Drums que le restó toda la magia al himno adolescente.

Por último, llegó el discurso de la homenajeada, en donde gritó bien alto: «¡Yo soy latina! Adorooo». También dijo que su familia es Warner, que no había bebido nada y que ella es así. Y cerró la mejor noche de su vida cantando 'Durar', otro de sus hits, en el que frasea aquello, que esperemos que no fuera con segundas, de «y ahora explícame por qué has tardado tanto en encontrarme aquí, fijar tu objetivo, en llevarme tan alto....».