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ABC Cultural

New York Dolls: «Si no te entran ganas de desnudarte, es que no es rock and roll»

MADRID. Han pasado muchos años, más de 35, desde que este grupo neoyorquino plantó las bases de un buen número de derroteros por los que ha circulado el mundo del rock. Representaron el siguiente paso

Han pasado muchos años, más de 35, desde que este grupo neoyorquino plantó las bases de un buen número de derroteros por los que ha circulado el mundo del rock. Representaron el siguiente paso a la Velvet Underground, llevaron el glam de David Bowie o Marc Bolan a la exageración, y eran más divertidos que los Stooges.

Se adelantaron al nacimiento del punk, y como a veces ocurre con los pioneros, no conocieron el éxito: «Una de las cosas de las que estamos más orgullosos -declara Sylvain Sylvain, guitarrista y miembro fundador de la banda-es que demostramos que no había que ser los Beatles o los Stones para fichar por una multinacional». Desde los Strokes a Guns N´ Roses, cientos de grupos han seguido sus lecciones: «No nos hemos hecho ricos con la música; nuestra riqueza es la influencia que hemos ejercido. En eso sí somos muy ricos. Aunque tampoco me molestaría ser millonario».

El regreso

Fue hace tres años cuando el ex líder de The Smiths, Morrissey, reunió a los supervivientes del quinteto, Sylvain, David Johansen y Arthur Kane, para un concierto en el Festival de Meltdown, en Londres. Ésta, por desgracia, fue la última actuación del tercero de los músicos. Al poco tiempo moriría de cáncer: «Adoro a Morrissey por lo que hizo. Le dio su último momento de brillantez. Nos afectó tanto que nos llegamos a plantear si era una señal de Dios para que no siguiésemos, a pesar de que el teléfono no dejaba de sonar para que volviésemos. Nos preguntábamos si era honesto hacerlo. Fue otra vez Morrissey quien nos dijo que el mundo necesitaba una banda de auténtico rock and roll».

Aquello dio como resultado un nuevo álbum, «One day it will please us to remember even this», el tercero de su discografía: «Logramos recuperar la energía. Tanto que, al tocarlas en directo, la gente se pensaba que eran de las antiguas. Aunque por supuesto que echábamos de menos a los compañeros que ya no están -Johnny Thunders, Jerry Nolan y Arthur-, tanto como personas como artistas, por la magia que desprendían».

A pesar de sus palabras, Sylvain no siente especial nostalgia por el tiempo pasado, en aquellos convulsos primeros años setenta: «Nueva York cambia constantemente, y eso es bueno. A nosotros nos pasaba lo mismo con respecto a los años sesenta, que parecía que había que echarlos de menos. Uno tiene que hacer lo que tiene que hacer en cada momento. Como decía una canción de Shangri-Las: »Right here, right now and no later, baby» («aquí, ahora y no más tarde, nena»)».

Naturalmente, ésta ha sido la alocada filosofía que ha marcado la existencia de la banda desde sus comienzos en 1971 hasta su separación en 1977, y en este triunfal regreso ya en el segundo milenio. Así que el público que acudirá durante estos tres días seguidos a los conciertos de New York Dolls en Madrid, Valencia y Barcelona, se puede esperar una buena dosis de algarabía y alboroto: «Espero que la gente venga muy vestida, pero dispuestos a quitarse toda la ropa. Cuando era pequeño, había música, como la de James Brown, que hacía que me despelotara y empezara a dar vueltas a la casa desnudo. Si no te hace sentir eso, es que no es rock and roll».

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