Imagine Dragons: «Hemos pasado una etapa muy oscura»

La carrera del cuarteto de Las Vegas parece haber ido como la seda desde su arranque, pero la realidad es que su segundo trabajo «Smoke + Mirrors», los sumergió en un proceso creativo que, a pesar de obtener (de nuevo) excelentes réditos comerciales, terminó pasándoles factura. «Presentarlo ante los medios y ante nuestros fans fue duro, muy duro. Estaba sumido en una depresión terriblemente fuerte que me hacía pensar que nada de lo que hacía valía la pena», confiesa Reynolds mientras mira de reojo a sus compañeros, casi como disculpándose. «Eso afectó al grupo, obviamente, y estuvimos a punto de separarnos. No lo veíamos nada claro». «Yo en realidad sí», corrige su compañero Daniel Platzman (baterista) echándole un solidario capote. «Las cosas se pusieron feas, pero nunca perdí la esperanza de que los nubarrones se despejarían en tu mente, de que volveríamos a ser los de siempre y de que volveríamos a grabar otro disco del que nos sintiéramos orgullosos».

Así nació « Evolve », una luminosa colección de canciones que los trae de nuevo a los grandes escenarios de Europa en una gira que terminará el próximo 26 de abril en Suecia, para después dar un salto a las antípodas y recorrer Australia y Nueva Zelanda durante el mes de mayo antes de volver a Estados Unidos, donde tienen fechas hasta finales de octubre.

Durante todo ese tiempo Reynolds seguirá cosechando buenas críticas (esta vez sí) con otra de sus facetas artísticas, la cinematográfica, pues además de cantante ha demostrado ser un solvente realizador. El pasado mes de enero estrenó en el festival de Sundance su primer documental, « Believer » (producido por HBO), que aborda la problemática del suicidio en jóvenes como consecuencia del acoso que sufren por tener preferencias sexuales distintas. Algo que por desgracia ocurre con mucha frecuencia en el estado en el que vive el grupo, Nevada. «La idea que dio lugar a este proyecto es la de presionar a los líderes de la iglesia mormona para que acepten a los miembros de la comunidad LGTBI, y luchen contra la discriminación» afirma Reynolds. «A estos jóvenes se les dice que ser quienes son es un pecado. Pero la vergüenza es algo destructivo. No podemos estar callados ante eso».