«Escuchando a The Doors» abre las puertas al significado de los años sesenta

En esta obra, Greil Marcus (San Francisco, 1945) procura responder a esta pregunta, y nos acerca a la música de la banda californiana como una excusa para reflexionar sobre lo que en general significó la década de los sesenta, cada vez menos calificada como prodigiosa.

Fueron años que provocaron una revolución social que, incluso por su reacción en contra, modificaron los usos y costumbres del ser humano a partir de entonces. Greil Marcus es uno de los autores que más ha reflexionado sobre todo ello, y cuya opinión al respecto es más demandada por los medios. Y también es uno de los más prestigiosos críticos de rock .

Por si fuera poco, estuvo allí, acudiendo a los lugares donde se gestó y fructificó el Verano del Amor . Donde todo parecía posible y la música y las drogas eran la alfombra sobre las que viajar hacia ese nuevo mundo. Su forma de diseccionar algunas canciones de los Doors es realmente magistral. En ocasiones nos habla de grabaciones piratas tomadas en vivo, en pequeños clubes. Analiza cada instrumento: la guitarra de Robby Krieger , el teclado de Ray Manzarek , la batería de John Densmore y la voz inquieta, vacilante, poderosa, imprevisible, salvadora, regeneradora, arrolladora de Morrison. Son los viajes, a veces hacia la locura, que emprendían juntos a través del rock.

Comentando temas como «Light My Fire» , «The End» , «Five to One» ... el autor logra transmitirnos esa sensación de que con aquellos cuatro muchachos encima del escenario siempre estaba a punto de ocurrir algo extraordinario. Para bien o para mal. Muy lejos de lo que hoy es habitual, actuaciones con cada paso medido al milímetro. Y por cierto, se declara uno de los pocos defensores de la película de Oliver Stone «The Doors».

El propio Salman Rushdie aparece citado en la contraportada del libro con el siguiente comentario: «Nadie lee una canción como Greil Marcus, cuya prosa es tan apasionada y omnívora como la música que ama. En este libro viaja de la mano de Thomas Pynchon , el Pop Art y Charles Manson para traer de vuelta a la maldita e inquietante vida a unos caóticos y majestuosos The Doors obsesionados con la muerte».