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Una sátira de Hitler desde el horror de Terezín

El Maestranza coproduce «El emperador de la Atlántida», una ópera compuesta por Viktor Ullmann en este campo nazi y que se estrenará en el Teatro Real el próximo año

Una sátira de Hitler desde el horror de Terezín ABC

JESÚS MORILLO

El compositor Viktor Ullmann , discípulo de Schoenberg y ayudante de Zemlinsky en Praga, acaba de escuchar el ensayo de la ópera que ha compuesto en el campo de concentración de Terezín , en la actual República Checa. Es marzo de 1944 y un grupo de músicos y cantantes, prisioneros como él solo por el hecho de ser o tener antecedentes judíos, acaba de interpretar «El emperador de la Atlántida», la ópera que ha compuesto en el campo. Nunca la podrá ver estrenada. Cuando la escuchan los mandos nazis la prohiben al ver una sátira de Hitler y pocos meses después, el 18 de octubre de 1944, morirá en una cámara de gas en Auschwitz junto al libretista, el poeta Peter Kien.

«Terezín era como el gueto de Varsovia , un lugar espantoso y donde la necesidad del ser humano de componer música, dentro de las posibilidades que te pueden permitir, hacen, incluso, que Ullmann haga una ópera», explica el compositor y director artístico del Teatro de la Maestranza de Sevilla , Pedro Halffter , que está revisando y reorquestando «El emperador de la Atlántida», que se estrenará en el Teatro Real de Madrid el 10 de junio de 2016, con la dirección escénica de Gustavo Tambascio.Una coproducción del Real con el Teatro de la Maestranza y el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia , donde podrá verse en las siguientes temporadas.

La ópera se salvó gracias a que Ullmann se la confió antes de ser deportado a Auschwitz al recluso Emil Utizt , un profesor de Praga. Su estado incompleto hizo que no se recuperara hasta 1975, en una revisión del director galés Kery Woodward , quien se valió de una médium para contactar con Ullmann en la ultratumba y que le dictara los pasajes musicales que faltaban. Después han hecho otras versiones, aunque siempre orquestadas como una ópera de cámara. Halffter , en cambio, está realizando una reorquestación para gran orquesta, en el convencimiento de que esa era la intención del compositor, y reconstruyendo la obra a partir de las propias composiciones de Ullmann y la influencia sobre él de sus contemporáneos.

La ópera comenzaron a componerla Ullmann y Kien durante 1943 en Terezín , un campo que los nazis utilizaron con fines propagandísticos y donde se esforzaron en hacerlo parecer una colonia judía, instalando cafés y permitiendo una cierta actividad cultural. Ullmann no era el único compositor allí; también estuvieron Gideon Klein, Pavel Haas y Hans Krasa . Pero el horror estaba cerca. «La obra se ensaya dos veces, pero no puede representarse porque parte de los músicos que la han ensayado han sido enviados a Auschwitz », relata Pedro Halffter.

Ullmann llega al campo, pese a haber sido bautizado, por sus ascendentes judíos. Antes, en 1918, había sido aceptado como discípulo por Schoenberg , padre de la atonalidad. En los años veinte fue ayudante de dirección en Praga de Zemlinsky, puente entre el sinfonismo de Mahler y Schoenberg y maestro del segundo. Su reclusión en Terezín no le impidió seguir componiendo. «En el campo compone sus últimas sonatas, lieder... mucha música que se ha perdido», añade.

«El emperador de la Atlántida», señala Halffter , «es una gran sátira de estética expresionista», protagonizada por un canciller «Overall» —en clara referencia al himno alemán— que alude claramente a Hitler, «lo que no pasó desapercibido a los censores», así como las citas a la «guerra total» que proclamó el Führer en 1944. En la obra, la sed de sangre de «Overall» hace que «la muerte se niegue a hacer su trabajo, siendo el primer objetor de conciencia», lo que provoca que los ahorcados y fusilados no mueran.

Aniquilados o expulsados

Musicalmente, la obra resulta muy atractiva para el compositor, por «su ambigüedad con la tonalidad, su eclecticismo estilístico, a veces parece que estamos escuchando a Kurt Weill y en otros momentos a Mahler . Tiene pasajes que remiten a Alban Berg ...».

Una ópera que puede resumir la vida de un compositor representante, como afirma Halffter, «de una cultura que es una parte aniquilada o expulsada de Europa, porque se exiliaron a Estado Unidos Shoenberg, Stravinski, Kurt Weill ...». Esta desaparición, añade, «tiene mucho que ver con lo que Stefan Zweig describe en ‘El mundo de ayer’. Ullmann, aun estando bautizado, lo asesinan los nazis por sus antecedentes judíos. El odio terrible de los nazis hacia los judíos hizo que se aniquilara una serie increíble de grandísimos artistas y es muy importante recuperarlos para la sociedad. Estos, y Ullmann era uno de ellos, se vieron en una situación en la que el arte era mucho más que un pasatiempo, era una necesidad humana absoluta».

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