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ABC Cultural

El arrebato electrónico de Pet Shop Boys enciende el Sónar

La banda británica inauguró las noches del XX Festival de Música Avanzada y New Media Art con una actuación impecable

El arrebato electrónico de Pet Shop Boys enciende el Sónar sónar

david morán

La última vez que Pet Shop Boys asomaron la cabeza por el Sónar, allá por 2002, la cosa se zanjó con una chapuza considerable. Venían los británicos a presentar el insulso “Release”, giro pretendidamente orgánico en una carrera marcada por el arrebato sintético, y el batacazo acabó siendo monumental. Un mal recuerdo anclado en la memoria del festival que el propio dúo se encargó anoche de extirpar regresando al lugar del crimen en su versión más exuberante y vistosa.

A vueltas con la presentación de "Electric", álbum que verá la luz el próximo mes de julio pero que ya vienen adelantando en directo desde hace unas semanas, Neil Tennat y Chris Lowe exprimieron un poco más esa segunda juventud en la que andan embarcados desde "Yes" y trazaron un recorrido histórico por su carrera. Un viaje que, lejos de la nostalgia, se antoja de rabiosa actualidad. O eso es lo que quisieron dar a entender presentándose ante el público con la instrumental "Axis" y puliendo su renacimiento y resurrección con enérgicas y veloces versiones de "Opportunities (Let's make lots of money)" y "Memory Of The Future".

A la altura de "Integral", la fiesta ya era total: pop sintetizado con las máquinas echando chispas, proyecciones geométricas y haces de luz cegando el escenario y un baile de máscaras coronado por dos bailarines con tocado como de becerro. El montaje, es cierto, no llegó a la altura del que se vio hace un par de años en el Poble Espanyol coincidiendo con la presentación de "Pandemonium", pero sirvió para resituar al dúo británico como impecables y elegantes corredores de fondo del pop de las últimas décadas.

Y es que lo de Pet Shop Boys fue, esta vez sí, un auténtico arrebato electrónico amenizado por cambios de vestuario -empezaron con chaquetas con gigantescas púas y acabaron de vistoso rojo mientras el confeti regaba el último coro de "Always On My Mind"-, escenificaciones como la de "Love etc", con Tennant y Lowe encajados en sendas camas verticales, y, en fin, un elegante diseño escénico a caballo entre lo mitológico y lo futurista y siempre al servicio de himnos como "Suburbia", "It's A Sin" y "West End Girls", sí, pero también de "Miracles", "Rent" o el "Last To Die" de Springsteen con el que renuevan su catálogo de versiones.

Una manera inmejorable de prender la mecha nocturna de un festival que esta noche volverá a plegarse ante la leyenda de Kraftwerk y en el que Pet Shop Boys repetirán show mañana por la noche -el de ayer era un concierto inaugural cortesía del patrocinador- y, sin nada de tuerce, reeditarán su brillante y arrebatador triunfo.

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