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La ministra alemana de Educación defiende el uso de «Mein Kampf» en los colegios

La publicación de una nueva edición crítica del libro escrito por Hitler despierta polémica en el país

ROSALÍA SÁNCHEZ

La edición crítica de « Mein Kampf » (« Mi lucha »), obra de Hitler que desde ayer vuelve a estar disponible en las librerías tras una ausencia de 70 años, no solamente es demandada por lectores particulares. Son muchas las instituciones que la quieren en sus bibliotecas y entre ellas hay colegios alemanes. La ministra alemana de Educación, Johanna Wanka , defendió en una entrevista concedida a RTL la presencia del libro en el que el líder nazi resumió su pensamiento político en las escuelas, alegando que «se trata de un importante instrumento de educación política». La ministra no se refería tanto al texto de Hitler como a las concienzudas notas a pie de página con las que el Instituto de Historia Contemporánea de Baviera ha enmarcado, puntualizado y corregido cada una de las afirmaciones del Führer. «Los colegios son el lugar indicado para que, con la ayuda de los profesores, sea divulgada esta edición comentada de un libro sobre el que hay muchos mitos», dijo.

Pero no todos los expertos en Alemania están de acuerdo con ese punto de vista. El germanista Jeremy Adler , especialista en textos de enseñanza sobre lengua e historia de Alemania, considera que «"Mein Kampf" es una fuente turbia » y describe el texto como «una autobiografía que expone una existencia limitada en la que el autor trata de explicar sus propios fracasos» y «un libro sobre técnicas de propaganda lleno de odio y deseos de grandeza». «¿Qué se puede aprender de esa diatriba que llama a la loca monstruosidad del asesinato?», se ha preguntado Adler.

Ya en su día, el lingüista Victor Klkemperer dudó en sus diarios de que el libro pudiera suponer algún tipo de contribución de publicarse, e incluso Thomas Mann señaló que «no sirve para aclarar el Tercer Reich , es solo una fuente entre otras». Pero el responsable de la edición, el historiador Christian Hartmann , defiende en cambio que «esta edición desenmascara las mentiras de Hitler y denuncia sus verdades a medias, que buscaban un efecto propagandístico».

Los letores se han interesado por los dos tomos de la obra, con 1.948 páginas y un precio de 59 euros, que contaban con más de 15.000 pedidos antes de llegar a las tiendas, por lo que la tirada inicial hubo de ser ampliada a más de 4.000 ejemplares . Durante la era nazi, se imprimieron cerca de doce millones de copias y muchas de ellas todavía están en circulación, pero durante los setenta años que han pasado desde la muerte de Hitler todos los gobiernos bávaros habían impedido la aparición de nuevas ediciones para evitar su instrumentalización por parte de grupos de ultraderecha.

Aunque en el Estado de Israel el libro sigue estando vetado y editores como Murray Greenfield , fundador de Gefen, hayan declarado que «aunque me pagaran por eso, no lo publicaría», el presidente del Consejo Central de los Judíos en Alemania, Josef Schuster , ha reconocido que puede ayudar a desmontar el mito, admitiendo también su estudio en los colegios porque «puede contribuir a afinar la sensibilidad para desmontar argumentaciones populistas».

Para investigadores y divulgadores, la obra ha seguido siendo en realidad accesible, ya el Land de Baviera , como propietario de los derechos de autor, ha estado de acuerdo en su utilización con fines científicos y educativos. Y los lectores siempre han podido hacerse con ediciones extranjeras, ya que los derechos para el libro en inglés fueron vendidos por Hitler en los años 30.

Aun así la reedición, necesariamente una edición crítica, era muy esperada y culmina un trabajo de varias décadas del Instituto de Historia Contemporánea bávaro, fundado en 1949 con el propósito inicial de investigar los orígenes y los factores que hicieron posible el ascenso y auge del nacionalsocialismo. Su responsable, Harttmann, no deja de sorprenderse por el entusiasmo que ha despertado el proyecto editorial y recuerda como contraste que, hace solo unos años, cuando publicó una edición de los discursos de Hitler, el interés de la opinión pública fue prácticamente nulo, lo que demuestra a su juicio que «Mein Kampf» sigue ejerciendo un magnetismo especial.

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