Josep Maria Castellet obtiene el Premio Nacional de las Letras

El jurado estuvo presidido por el director general del Libro, Rogelio Blanco, y formado por los dos últimos ganadores, Juan Goytisolo y Rafael Sánchez Ferlosio, además de Margarita Salas, Xosé Ramón Barreiro, Joseba Andoni Lakarra, Carles Miralles, Javier Goñi y Ana María Moix. A media tarde, Castellet conversaba con ABC a través del teléfono y aseguraba que en esos momentos se sentía «abrumado por la distinción y por las felicitaciones y llamadas recibidas».

El jurado quiso destacar la labor de Castellet como «puente» entre la cultura catalana y las del resto de España a lo largo de toda su trayectoria, tanto en sus propios libros como en su labor de director literario en editoriales como Ediciones 62 y Ediciones Península, así como en el desempeño de su labor como presidente de Grup 62. «Sí, desde luego quiero esperar que este premio es no sólo un reconocimiento para mí sino para toda la literatura catalana. De hecho, mi obra está repartida entre la escrita en castellano y la realizada en catalán», explicaba el premiado.

Durante toda una vida dedicada a las letras, Josep Maria Castellet, nacido en Barcelona en el año 1926, ha sido autor de títulos como «L'hora del lector» (1957); la antología «Poesia catalana del segle XX» (1963), coescrita con el también crítico Joaquim Molas; «Iniciación a la poesía de Salvador Espriu» (1971); y «Josep Pla o la raó narrativa» (1978). Por una vez, algo nada frecuente entre los galardonados con los grandes premios literarios, la elección ha recaído en alguien que está al «otro lado», no en las habituales filas de la narrativa o de la poesía. «Realmente no sé si esto es algo trascendente o no», aclara Castellet.

El crítico catalán también fue el autor de «Nueve novísimos», antología publicada en 1970 que supuso un aldabonazo en la poesía española de aquellos años. En ella figuraban jóvenes y no tan jóvenes poetas como Antonio Martínez Sarrión, Manuel Vázquez Montalbán, José María Álvarez, Félix de Azúa, Pere Gimferrer, Vicente Molina Foix, Ana María Moix, Guillermo Carnero, y Leopoldo María Panero.

Igualmente, Josep Maria Castellet es autor de dos interesantísimos libros autobiográficos: «Memòries poc formals d'un director literari» (1987) y «Els escenaris de la memoria» (1988). En el primero daba buena cuenta de su trabajo editorial, en tanto que el segundo reflejaba más detenidamente su vida personal.

Castellet es, sin duda, un referente de primerísima categoría en lo concerniente a la crítica literaria. Sus reflexiones son de oro para comprender más y mejor este peculiar mundo: «Para mí, un crítico debe tener un amplio abanico de lecturas. No sólo muchas, sino también variadas. Además de literatura en el sentido estricto, sus lecturas deben comprender la historia, la sociología, la filosofía. Sólo así puede intentar captar el sentido global de la obra novelística o poética a la que se enfrenta. Creo que no basta con ser un crítico en el sentido académico de la palabra, aunque lo respete muchísimo, debe ir más allá, aplicar su mirada al mundo y la sociedad que le rodea. Ésta es mi imagen, quizá algo optimizada, de lo que debe ser un crítico literario».

La designación de Castellet como ganador del Premio Nacional de las Letras fue competida y disputada. Según fuentes del jurado, el escritor catalán tuvo como rivales a autores tales como Bernardo Atxaga, Agustín García Calvo, Luis Mateo Díez, Javier Marías, Emilio Lledó, Juan Eduardo Zúñiga y Enrique Vila-Matas.