ANIVERSARIO
Un siglo con Ángel González
Poesía
A cien años de su nacimiento, la voz del poeta ovetense sigue viva: una pasión irónica, un humor y un ingenio para elevar lo cotidiano
Otros textos del autor
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónHace un siglo nació Ángel González, el 6 de septiembre de 1925. Perteneció a esa cofradía de santos vividores que fue gran parte de la generación de los 50. Vivieron y bebieron en una época menesterosa y construyeron sus biografías desde las lecciones de ... tinieblas de la dictadura hasta unos nuevos tiempos con tintes casi de leyenda. En la biografía de Ángel González eso tiene una exactitud pavorosa. Vivió la inminente postguerra como la mayoría de los españoles, en el bando de los perdedores, en la España perdida del hambre, los niños descalzos, los sabañones morales y los tráficos de supervivencias. Pero lo suyo fue aún peor: perteneció a una familia marcada, se quedó huérfano de padre a los dieciocho meses, vio cómo murió su hermano en 1936 y conoció la represión.
Ángel González vivió siempre exiliado en una tristeza que recubrió de ironía, de ganas de vivir. Lo vivió todo, los amores, los amigos, la poesía, con ese oficio del que busca complicidades para que la vida no caiga en la grisura. Fue un apasionado de la noche y sus venenos, de las conversaciones sobre mujeres y de cantar a viva voz para darle otra música a los amaneceres.
POESÍA
'Eso era amor'
- Autor Ángel González
- Prólogo Javier Rioyo
- Editorial Nórdica
- Año 2025
- Paginas 98
- Precio 21,50 euros
Construyó también él su propio mito, incluso aunque residiera como profesor en Estados Unidos, aunque fuera un hombre alérgico a los halagos, aunque no se creyera mucho los premios que iba recibiendo, del García Lorca al Reina Sofía o al Príncipe de Asturias. Su mito fue el mito del bebedor ambulante por aquellos santos lugares que hicieron la geografía sentimental de los 70 y 80: el Gijón, Oliver o Libertad 8. Ahí fundó su leyenda.
Desde luego siempre es un gusto encontrarse con su poesía. Ángel González eleva lo cotidiano a una nueva dimensión, mezcla elementos lejanos (unos huevos fritos y unos ojos) y hace de la realidad una continua paradoja, es decir, un continúo acto de desacralización. Siempre es un placer leerle porque es divertido, porque a través del humor baja los humos a cualquier vuelo de transcendencias. Hizo muy concretos los sentimientos porque los volvió a una naturaleza cotidiana, porque nos descubrió un romanticismo más civil, más doméstico, más a pie de calle.
Figura memorable, no es raro que muchos poetas jóvenes lo vean como un maestro
Sus versos son apasionados de otro modo, de una manera irónica, indagan en ese complejo teatro de la vida sin perder nunca la sonrisa. Para él el poema no era un territorio de oscuridades verbales, ni de fuegos de artificio, sino un territorio de expresión de la vida en lo que tiene de común con la vida del lector. No es extraño por eso que la irrupción de aquellos jóvenes parnasianos de Castellet lo viera como una amenaza a la pana machadiana de sus versos.
Para expresar la experiencia cotidiana a él le gustaba un lenguaje que buscaba la brillantez en los juegos de sentido, en los deslizamientos semánticos, en los contrates humorísticos y en un par de palabras mayores que él pronunciaba con toda humildad: el tiempo y la identidad. Sí, Ángel González hizo del hombre un ser perdido en el tiempo, devastado por él, y de él mismo un extraño, un fantasma que se llamó también Ángel González.
Ese hombre común, con sentido de la realidad, que no se refugia en ninguna creencia consoladora, siente que vive entre dos grandes decepciones: una histórica o política; y otra metafísica. Y siente que vive en una intemperie existencial, acosado por la nada y destinado trágicamente a ella. Pero nada de esto le hace a Ángel González ser un poeta seriamente abismal, sino que cada desgarradura suya, cada nada viene envuelta en una indudable ternura porque la ternura es una forma de comprensión del mundo, una forma de hacerlo habitable.
La máxima expresión de la ternura es el amor y por supuesto también la conciencia social y la conciencia moral. La poesía, para él, fue el punto de unión entre lo personal y lo social o dicho de otro modo entre las crisis existenciales y las crisis sociales de nuestro tiempo. Desde ‘Áspero mundo’ (1956) hasta sus últimos libros (’Nada grave’ apareció póstumamente en 2008) nos encontramos siempre con ese poeta que apuesta por la naturalidad o que finge esa naturalidad, que adopta un tono conversacional porque es ahí donde puede desplegar todo su ingenio.
Un puñado de dudas
Realmente Ángel González fue un poeta ingenioso, que se basó en el ingenio para enseñarnos que el lenguaje realista podía ser más extraño que otros lenguajes pretendidamente extraños. Como diría el poeta portuguésJoaquim Manuel Magalhaes su poesía es una rima pobre. Eligió un lenguaje pretendidamente pobre para enseñarnos sus grandezas de escéptico, que las certezas solo son un puñado de dudas y que hay que temer más al paso del tiempo que a la muerte. Eligió el difícil camino de la sencillez para viajar hacia el misterio, no fue un poeta al que le importara la calidad de cada verso sino un poeta que le importaba la calidad del poema.
¿Qué queda de él 100 años después de su nacimiento, diecisiete desde que nos abandonó en el 2008? Sin duda una voz personal y memorable, una vigencia que poco a poco lo ha ido colocando en un lugar central de la poesía de este tiempo. Ángel González no se ha convertido ni en una pieza de museo, ni en una momia, porque las emociones que nos traslada su poesía siguen manteniendo una complicidad con tantos nuevos lectores.
No es extraño por eso que muchos poetas jóvenes lo consideren su maestro y que este 2025 las celebraciones (del Instituto Cervantes al Ateneo) y los libros en su honor, sobre todo la bella edición de sus poemas de amor editada por Nórdica bajo el título’ Eso era amor’, con prólogo deJavier Rioyo, nos den una muestra de hasta qué punto el tiempo no ha pasado por Ángel González sino que se ha aliado con él.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete