ARCO 2024
Semíramis González: «Las cuotas son útiles hasta que dejen de ser necesarias»
comisarios
Semíramis González conversa con ABC Cultural sobre su trabajo en el mundo del arte, que destaca por tener una perspectiva de género. También repasa sus últimos proyectos artísticos
¿Son útiles las cuotas femeninas?
Semíramis González en Madrid
Esta joven comisaria independiente puede presumir ya de tener una carrera muy coherente en el mundo del arte contemporáneo. Ha preparado interesantes exposiciones para prestigiosas instituciones culturales como el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, el Festival PHotoEspaña o el Centro Atlántico de Arte Moderno ... de Gran Canaria. En la actualidad, acaba de clausurar su análisis de Cristina de Middel en la Sala Canal, mientras inaugura muestra con Marina Vargas en Fernando Pradilla. En 2019 fue jurado del Premio Nacional de Fotografía, y dos años después recibió el Premio Fetico Aequalitas por la igualdad efectiva entre mujeres y hombres.
—¿Siempre tuvo claro que se quería dedicar a trabajar en el arte contemporáneo?
—Estudié la licenciatura en la Universidad de Oviedo y en el último año solicité una beca Séneca para estudiar en la Complutense. Aquí pude conocer a algunos profesores, como Estrella de Diego o Ángel González, que reorientaron mi camino hacía el arte contemporáneo. Después de eso, decidí que el máster que más se acercaba al comisariado y la investigación era el del Museo Reina Sofía. Cursé ese máster, y desde entonces estoy instalada en Madrid, que es la ciudad del arte contemporáneo por excelencia en España.
—Su trabajo es especialmente conocido por tener una perspectiva de género. ¿Siempre tuvo claro este camino o le han influido algunos de los agentes con los que ha coincidido?
—Cuando llegué de Oviedo a Madrid quería especializarme en arte medieval, que me sigue interesando mucho. Sin embargo, sí es cierto que la manera en que enfocaba sus clases la profesora Estrella de Diego, que nos daba clase de historia del cine e historia del arte latinoamericano, me ayudó mucho a abrirme a nuevas formas para investigar, y para trabajar desde una perspectiva postcolonial y de género mis proyectos.
—Tiene varias exposiciones comisariadas por usted abiertas en este momento.
—Por un lado, ahora estoy con el proyecto online 'Otras maestras', que se puede ver en la web del Thyssen, y que he comisariado junto con Isabel Tejeda. Esta propuesta gira en torno a la exposición 'Maestras', que se puede visitar en este mismo museo, y en él diferentes mujeres –pensadoras, artistas, antropólogas– abordan los temas de la exposición pero desde la actualidad.
Hasta el mes pasado se pudo visitar la exposición 'Cartas al director' de Cristina de Middel, que se expuso en la Sala Canal Isabel II y en la que el visitante puede ver fotografías con un tono mucho más crítico al que nos tiene acostumbrado esta fotógrafa.
La última exposición que he inaugurado es 'Tanta lejanía', de Helen Acosta. Estará abierta hasta junio y se expone en el CAAM en Gran Canaria. Esta artista vive entre Alemania y Suiza. Su trabajo es conceptual, pero lo genera desde un lugar más sensible que yo creo que es algo que hay que reivindicar. En esta exposición tiene un lugar muy importante la memoria y el recuerdo hacia nuestros seres queridos. Y mañana arranca una nueva entrega de la obra de Marina Vargas en Fernando Pradilla...
—También se mueve fuera del circuito creativo. ¿Cuál ha sido su labor como directora artística del Instituto de la Mujer?
—Lo que he hecho en este proyecto es presentar actividades culturales en la sede del Instituto de las Mujeres, y en otros espacios no solo de la ciudad de Madrid, porque este es un organismo estatal. Hemos hecho actividades en Aragón, Ibiza, Andalucía, Asturias, Valencia, Murcia... Talleres de cerámica, exposiciones, talleres de ilustración, monólogos o mesas redondas, entre otras cuestiones. Además, se abarcan temas muy diferentes que tienen que ver con los derechos de las mujeres, la preocupación por el cambio climático o las cuestiones raciales. Todo ello a través de actividades que son totalmente gratuitas para el público.
—Hace unos años escribió un texto en ABC Cultural en el que se mostraba favorable hacia las cuotas femeninas. ¿Por qué cree que es necesario utilizar esta herramienta?
—Las mujeres somos la mitad de la población. Sin embargo, somos una minoría en la mayor parte de los espacios. Todas las cuotas son una herramienta ficticia, forzada, que favorece algo que de forma natural no ocurre, que es la la justa representación de las mujeres. Entonces, yo creo que es una herramienta útil hasta que deje de ser necesaria, pero mientras no ocurra, mientras no exista, resulta que las mujeres no están justamente representadas.
Pero pasa lo mismo con otros grupos. Por ejemplo, en Brasil me acuerdo que Lula había impuesto que un quince por ciento de personas negras fueran a las universidades, en un país donde hay una amplia mayoría de personas negras, sin embargo, son una minoría en los estudios superiores. Es decir, si no hay algo que fuerce una mínima representación de determinados grupos lo que sucede es que dichos grupos, por cuestiones sociales o económicas, no acaban llegando a determinados lugares.
—Para terminar, ¿podría mencionar algunos artistas que considere que tienen una propuesta interesante?
—Una de las más originales es Marina Vargas, que además ha sido seleccionada para representar a España en la reapertura del Museo de Mujeres de Washington, que regresa en abril después de una obra muy grande. Es una de nuestras artistas más interesantes. Otra artista que recomendaría es Sandra Gamarra: me encantó la exposición que hizo en Alcalá 31, comisariada por Agustín Pérez Rubio. A nivel internacional, me parece muy interesante la propuesta de Gianna de Deer, que es una autora panameña. También hay interesantes creadores masculinos. En España, por ejemplo, creo que uno de los más originales es Eugenio Merino.
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