LA GRAPA
Cómo perdimos Gabinete
Aparte de su contundente aportación a la música en español, Gabinete Caligari fue un alucinante cruce de caminos artísticos, profesionales y personales
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Iniciar sesiónLa editorial Sílex resplandece en su independencia. Un día habría que dedicar el nombre de un callejón, repleto de jazz, a estas empresas literarias —contradicción de términos— encadenadas a un bien mayor.
Pienso en Efe Eme editorial, Liburuak, Es Pop o Libros del Kultrum: afanosos ... esclavos de la edición de libros sobre música. Eso se hace por amor, o no se hace. Algunos de los libros que más he disfrutado últimamente están en sus catálogos.
Ojalá, lo cantaba Dylan en ‘Tangled up in blue’, sigan siguiendo –o continúen continuando– como pájaro en vuelo. Ejemplos: ‘Psicóptico’, de Jaime Gonzalo (Libruak), un recorrido por una etapa alucinante de Pau Riba; ‘Slash’ (Es Pop), la autobiografía de ese yeti rockero llamado Slash y sus tropelías en Guns and Roses y Velvet Revolver; ‘Mari Trini. Retrato de una mujer libre’ (Efe Eme) de Esther Zecco, armada con la historia de la cantautora Mari Trini y sus azares; o ‘The Blues Brothers’ (Kultrum), el libro ya mítico de Daniel de Visé sobre la pareja Aykroyd/Belushi.
A Sílex llega ‘Cómo perdimos Madrid. Gabinete Caligari’, de Carlos H. Vázquez. Necesitábamos esta historia oral, enciclopedia del grupo compuesto por Jaime Urrutia, Edi Clavo y Ferni Presas.
Necesitábamos esta historia oral, esta enciclopedia del grupo, de Carlos H. Vázquez, que ha llegado a Sílex
Lo importante de Gabinete, aparte de su contundente aportación a la música en español, está en su significado ulterior: Gabinete, alucinante cruce de caminos artísticos, profesionales y personales. Rondan: los orígenes de la familia Urrutia, Rigor Mortis, Haro, Eduardo Benavente, el Rock-Ola, la movida, la proclama fascista, la hostia de Jorge Ilegal, los vericuetos discográficos, las tensiones entre los miembros, Juan Antonio Canta… Y, sobre todo, vibran en él sus monumentos: las canciones.
Ay, cuánto nos gusta ‘Tócala, Uli’ a Quique González y a mí. Y ‘Underground’. Y tantas. Qué huella imborrable nos han dejado estos tres piratas. Lo sé imposible pero el corazón tiene razones que la razón ignora: júntense, queridos, un rato, aunque sea. Nos urge brindarles otro aplauso, toreros.
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