Dos premios Nobel y un puñetazo para la Historia: el realismo chismoso de Jaime Bayly
Crítica de libros
El escritor peruano novela el enfrentamiento entre Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez
Jaime Bayly: «Cuando Vargas Llosa se enamora es la guerra del fin del mundo»
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Iniciar sesiónAntes de leer este libro, Vargas Llosa le dijo a Manuel Jabois: «Será un montón de mentiras. Claro, horrible». Qué no le habría dicho después de leerlo.
Lo nuevo de Jaime Bayly, 'Los genios' (Galaxia Gutenberg), es una de esas novelas sobre las que ... la gente ya tiene una opinión sin necesidad de abrirla. ¿Por qué? Bueno, las amistades, las lealtades, la falta de sentido del humor, la necesidad de quedar bien. Esas cosas: ninguna novedad. También hay quien habla de límites éticos, pero son los mismos que opinan sin conocer el texto. Dejando esto a un lado, el libro, que es excelente, se defiende por sí solo, como los buenos chistes. Con la risa se acaban muchos debates.
El relato empieza con aquella noche en la que Vargas Llosa noqueó a García Márquez a la salida de un cine en México por un supuesto adulterio con su esposa, Patricia Llosa. No es broma: es Historia. Con esa trompada, el peruano puso fin a una amistad intensa y, de paso, dividió el Boom para siempre. A un lado quedó él con los suyos, que denunciaban a Fidel Castro en público y firmaban manifiestos en su contra; al otro estaba el grupo de Gabo, quien nunca ocultó su simpatía por el dictador. Por cierto: antes del incidente, como ha señalado Alberto Olmos, los dos Nobel vivieron felices en la Barcelona de Franco. Pero nos estamos yendo.
'Los genios' no es tanto la crónica de una ruptura como el retrato de dos escritores antagónicos que, por lo que sea, congeniaron durante un tiempo vibrante. Cada uno conquistó la cima a su modo, uno con el sudor y otro con la gracia. Vargas Llosa admiraba el talento natural de García Márquez, y García Márquez envidiaba la formación exquisita de Vargas Llosa. Todo eso lo explica Bayly con conocimiento y cariño (un cariño que se decanta más por el segundo), aunque él va más allá, hasta la piel, y es ahí donde la novela brilla y arranca carcajadas y alza el vuelo.
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El autor coge los dimes y diretes que circulan por el mundillo literario y rosa y con eso construye un anecdotario rocambolesco y maravilloso, que siempre va a más: de pronto, Vargas Llosa está depilando con tijeras a una de sus actrices fetiche; o su hijo, Álvaro, recibe un mordisco de un dogo argentino en su bolsa escrotal y Bryce Echenique grita en medio de la fiesta: «¡Hay que encontrar el huevo de Alvarito!». Es la magia del chisme, el realismo chismoso. Y no solo por el contenido, sino por el tono. La prosa se carga con frases lapidarias y coletillas melodramáticas, y así vuela con la ligereza de las cosas que se cuentan después de medianoche en los corrillos de una fiesta en la que el camarero ya ha pasado varias veces. 'Se non è vero è ben trovato'.
En la página previa a la dedicatoria, Bayly advierte: «Esto es una novela, una obra de ficción que entremezcla unos hechos reales, históricos, con unos hechos ficticios que provienen de la inventiva del autor». ¿Pero no escribió Vargas Llosa 'La verdad de las mentiras'? Ay.
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