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ABC Cultural

LIBROS

Manuel Azaña, animal literario

El que fuera presidente de la República Española compartió tertulias con Valle-Inclán y siempre se sintió un intelectual. Un libro recoge sus mejores críticas y ensayos literarios

Azaña y Valle-Inclán en la tertulia de la Cacharrería del Ateneo (1930) A. Sánchez Portela
Miguel Ángel Barroso

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Lo cuenta en un tramo delicioso de uno de sus artículos: «Una noche hallé su puesto vacío en la tertulia, pero las ramas curvas de sus gafas se apoyaban en el cristal de la mesa, como las antenas de un bicho. Don Ramón no andaría ... lejos. Un poco de ropa, apenas de bulto, tendida en un sofá simulaba la silueta de un hombre. Sí, era Valle-Inclán ; su cabeza de león reposaba sobre el brazo del sofá, en un cabo de aquella ropa. Al despertarse, la cabeza se irguió como si ascendiera sola por el aire, llevándose abrochada al pescuezo una chaqueta flácida; hechos los ojos ascua, alzando su mano abierta, exclamó con voz tonante al insertarse en la conversación: ‘‘¡¡Sí!! ¡¡El poeta debe ser un hombre absurdo!!’’ . Nunca habrá sido más fiel a sus ideas».

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