Graciela Iturbide: una mirada de fuerza y poesía

La sintaxis creativa de Graciela Iturbide se caracteriza por la realización de imágenes en blanco y negro, cargadas de una sustancia poética y llena de fuerza simbólica, que se nutre de temas como la identidad, la muerte, el duelo -el fallecimiento de su hija Claudia en 1970 tendrá un terrible impacto en esa sensibilidad-, la antropología, los rituales, la vida cotidiana o la posición de las mujeres en distintas culturas. En este sentido destacan sus series documentando diversas comunidades indígenas en México (Sonora, Juchitán, Oaxaca), siempre buscando representar los valores de independencia y fortaleza de las sociedades matriarcales.

Su concepción artística va más allá de un simple acercamiento documental, y se adentra en la indagación y reflexión de las relaciones y diálogos entre los seres humanos y la naturaleza, representando aspectos individuales y culturales, reales y psicológicos, aportando una personal y atenta capacidad de observación y empatía y una profunda complicidad con los sujetos que retrata.

Durante su amplia trayectoria como fotógrafa ha recibido diversos premios y galardones, entre otros, el Premio Eugene Smith (1987), el del Mois de la Photo de París (1988), la Beca Guggenheim (1988), el Premio Hasselblad (2008), el Nacional de Ciencias y Artes en México (2009), el Premio PhotoEspaña (2010), o la Medalla de Bellas Artes de México (2014). Asimismo su obra se ha expuesto en innumerables muestras individuales por todo el mundo.