El Año Tàpies celebra el legado del artista con una gran retrospectiva y explora su relación con Japón y la ciencia

El presidente del patronato de la Fundación Antoni Tàpies ha aprovechado también para expresar su deseo de que el centenario permita rescatar al genio del arte abstracto de cierto olvido en el que, asegura, están cayendo grandes creadores. «A Tàpies le está pasando lo que a muchos artistas europeos de la segunda mitad del siglo XX: los estamos olvidando. Hay excepciones, y son siempre las mismas: quien tiene un estado o una colectividad detrás. Tàpies no tiene un Estado, pero sí una ciudad. Y un país», ha reflexionado Rodés. «Hace falta reconectar con la opinión pública más cercana. Si lo conseguimos, este centenario ya habrá servido la pena», ha añadido antes de recordar que Tàpies era «profundamente catalán y universal».

Con todo, y a pesar de las palabras de Rodés, uno de los ejes del Año Tàpies será una gran retrospectiva comisariada por Manuel Borja-Villel y organizada por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y la Fundación Tàpies que se inaugurará en el Bozar-Centre For Fine Arts de Bruselas el 14 de septiembre, viajará al Reina Sofía en febrero de 2024 y llegará a Barcelona a partir de julio de ese mismo año con versión centrada en las obras menos vistas y conocidas. «Empezamos en Bruselas para internacionalizar la figura de Tàpies», ha destacado Núria Homs, comisaria del centenario, sobre una muestra que abarcará toda la trayectoria del artista y viajará de 1943 a 2011 para reunir piezas dispersas durante muchos años y «recuperar y examinar en profundidad las preocupaciones formales y artísticas» del creador barcelonés.

En la Fundación Tàpies, epicentro de una celebración que arrancará el 13 de diciembre coincidiendo con el día en que el artista habría cumplido 100 años, el Año empezará siguiendo la huella japonesa en Tàpies; explorará la relación entre arte y ciencia a partir del libro de charlas 'La nueva visión del mundo'; y mostrará por primera vez en España y en colaboración con el Idemitsu Museum Of Arts de Tokio, la obra del monje budista Sengai.

Con un presupuesto de arranque de unos dos millones de euros y «Tàpies vive. Vive Tàpies» como lema, el centenario, al que aún le faltan huecos por rellenar, el Año Tàpies, impulsará también una exposición sobre el compromiso social y político del artista y buscará «nuevas miradas para abrir fisuras en el relato canónico». Por ahí, por ejemplo, pasarán la 'influencer' Juliana Canet y el cineasta Albert Serra, este último con una película sobre el universo de Tapies a partir de la mística y el materialismo. «Será una sorpresa, pero su mirada irreverente seguro que estará muy bien», avanza Homs.

Como bola extra, la Fundación espera resolver en breve el concurso para la dirección del centro, plaza que lleva vacante desde que Carles Guerra renunció al cargo en 2020.