Jaume Plensa: «Hay que apostar por la convivencia entre culturas»

Su amor por el grabado nació paralelamente a su amor por Rembrandt , pese a que estuvo a punto de costarle un disgusto: al tratar de descubrir la pócima mágica de sus estampas casi incendia una casa donde experimentaba. Jaume Plensa (Barcelona, 1955) es, con permiso de Miquel Barceló , el artista español vivo más internacional y, aunque nunca ha buscado ser profeta en su tierra, últimamente está recibiendo el reconocimiento que merece en su país: Nacional de Artes Plásticas en 2012, premio Velázquez en 2013...

El año pasado obtuvo otro galardón, el Tomás Francisco Prieto de Medallística , que otorga la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre y que conlleva, además del diseño de una moneda (ha estampado en nylon el rostro de una niña), la celebración de una exposición, que hoy se abre al público en el Museo Casa de la Moneda . Comisariada por Óscar Alonso Molina , repasa d os décadas de producción gráfica y sus múltiples . Para Plensa, el grabado es «el gran lugar de experimentación».

La muestra está centrada en sus retratos , que siempre son geográficos: el cuerpo como un lugar en movimiento, pero también como «contenedor de esa energía que se expande que es el alma». Plensa graba, pinta y esculpe espléndidas cabezas , «el lugar más salvaje de nuestro cuerpo, el más fuera de control». Casi siempre son cabezas de niñas entre 8 y 14 años que él comprime y alarga como si fueran llamas. « La memoria y el futuro, dice Plensa, es femenino . Lo masculino es un presente inmediato, un accidente».

En la exposición hay cabezas de gran formato en bronce, pero también más pequeñas y frágiles, encerradas en vitrinas, realizadas en cristal de Murano. Algunos rostros están estampados en sutiles litografías, como el tríptico «Moloch» , uno de sus últimos trabajos. No faltan maquetas de cuerpos forjados con fórmulas matemáticas, signos musicales o mezclas de alfabeto s, que concibe como símbolo de la convivencia entre culturas. Algo utópico estos días. Caballero de las Artes y las Letras de Francia, Plensa tiene casa en París, donde residen su hijo y muchos amigos : «Tengo el corazón destrozado, pero hay que apostar por la convivencia entre culturas . Me ha pasado la vida creando lugares de encuentro».

Los autorretratos de Plensa no son al uso. Los hay «forenses»: escanea trozo a trozo su cuerpo, que más tarde estampa en pequeños e íntimos grabados. También, «sanguíneos», como «Love Sounds», en los que grabó el sonido de su sangre : «La sangre pasa a una gran velocidad por la femoral, su sonido es casi tántrico; por el cuello semeja el sonido del viento... Son sonidos de una belleza extraordinaria ». Habla de sonidos un amante de la música, obsesionado con fabricar silencio en un mundo que le parece demasiado ruidoso. Cuando se le pregunta por temas más prosaicos, como la situación en Cataluña , regatea con elegancia:« No voy contra nadie ni a favor de nadie . La sociedad a veces no está bien representada por sus políticos».

Tampoco se moja al preguntarle a qué atribuye que ni el Macba ni el Reina Sofía expongan su trabajo (tiene una muestra pendiente en este último por el premio Velázquez): « No lo sé, pregúntele a ellos ». ¿No es extraño siendo usted uno de los artistas españoles más internacionales? «Quizá por eso soy tan internacional», dice con fina ironía. Éste ha sido para él un año extraordinario : exposiciones en Venecia, Nashville, San Francisco, Ceret... Y, aunque no desvela proyectos futuros, seguirá planteando con sus esculturas preguntas eternas y sin respuesta .