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ABC Cultural

Maurice Béjart: «No entiendo la separación entre danza clásica y contemporánea»

Llega vestido de negro —su eterno uniforme—, con un atuendo que combina lo deportivo y lo elegante. Se le nota excitado con esta vuelta a Madrid, al teatro de la Zarzuela. «Madrid es la ciudad donde ha empezado mi carrera, con mi pequeña compañía en los años cincuenta». Ha pasado medio siglo, y Maurice Béjart es ya, por derecho propio, historia de la danza. Hoy trae a España «Le Presbytère».

Maurice Béjart, durante la presentación, ayer, de su compañía. Efe

«Le Presbytère» es, probablemente, la obra más significativa de los últimos años de Béjart. Él mismo lo reconocía ayer en la presentación de la obra: «Se reúnen muchas circunstancias; es un homenaje a Jorge Donn, que durante años ha sido el gran bailarín de ... mi compañía. Jorge admiraba mucho a Freddie Mercury, y casualmente murieron los dos con la misma edad y de la misma enfermedad. Y luego se sumó la muerte prematura de Gianni Versace, que hizo el vestuario. “Le Presbytère” es un ballet de dolor y de amor por todos los jóvenes que han muerto en estos tiempos de sida, y por los artistas que han muerto jóvenes. Por eso me pareció una buena idea unir a Mozart y a Queen. Pero es —se apresura a explicar— un ballet optimista. La última canción es “The show must go on”; la vida continúa». Y es que Béjart se define como un «pesimista optimista. El mundo tiene, es verdad, muchos problemas, pero yo creo en el porvenir del ser humano; no tengo desesperanza hacia el futuro».

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