El CDN llena de «Confidencias» su recién nacida Sala de la Princesa
María Galiana
MADRID. Lluís Homar, Carmen Conesa, Rossy de Palma, Ángel Pavlovsky y Lina Morgan completan el elenco que intervendrá en esta primera serie de monólogos
«Estoy como si me fuera a examinar de oposiciones a abogado del Estado». Con este ánimo afronta la actriz María ... Galiana su estreno, esta noche, en el ciclo «Confidencias», con el que el Centro Dramático Nacional abre las puertas de su nueva Sala de la Princesa. Se trata de un espacio habilitado en lo que fue la cafetería del teatro María Guerrero, que Juan Carlos Pérez de la Fuente, director del CDN, ha convertido en una sala teatral con un aforo máximo de 106 butacas.
«Confidencias» es, en palabras de Pérez de la Fuente, un ciclo ideal para este nuevo espacio. Se trata de una serie de monólogos-confesiones en los que cada actor se desvela a través de textos teatrales y también con sus propias palabras. El único nexo común de todos los espectáculos es una silla, escogida «ad hoc» para cada intérprete, según el director del CDN. «Como yo soy la más gorda, tengo un sillón», explicó María Galiana.
Cinco de los seis intérpretes que participarán en esta primera entrega de «Confidencias» estuvieron ayer en la presentación del ciclo, y sus intervenciones fueron ya en sí mismas un delicioso espectáculo. María Galiana, que actuará desde hoy hasta el día 23 con un monólogo titulado «El sueño de una noche de teatro», con textos escritos y seleccionados por Jerónimo López Mozo, se definió como «la más vieja y la más novata» y se confesó «asustada». Lina Morgan fue más allá: «Estoy aterrada». La actriz, que debía haber inaugurado estos monólogos, no tiene todavía fecha fija de actuación. «Lo hemos dejado para el 2004 porque hay que aprenderse mucho texto», dijo medio en broma medio en serio. Después de más de diez años ausente de los escenarios, Lina Morgan declaró su afán de actuar en el teatro María Guerrero, «aunque sea en los sótanos» -recientemente se le ofreció hacer «Madre Coraje», pero no quiso-. Su espectáculo tiene un revelador título de las dudas que todavía le asaltan: «O no».
Lluís Homar, que será el segundo en subir a escena (del 26 al 30 de noviembre), traerá al María Guerrero «Te diré siempre la verdad», un espectáculo con texto de Lluïsa Cunillé que ya ha estrenado en Barcelona. La novedad es que Homar lo interpretará aquí en castellano. En él quiere agradecer lo mucho que le ha dado el teatro.
Carmen Conesa viajará al submundo del cabaret para confeccionar un espectáculo que mezcla palabra y música. Estará acompañada por Manuel Gas y actuará entre el 3 y el 7 de diciembre. Para la actriz, actuar con el aliento del público tan cerca «es como una radiografía; no puedes esconder nada. Es bueno que los actores nos quitemos capas». La seguirá Rossy de Palma, que se encuentra en un rodaje cinematográfico en Ibiza. «Sombra y cuna» es el título del monólogo confeccionado con textos creados y seleccionados por José Luis Miranda.
Ángel Pavlovsky -que estará entre el 17 y el 21 de diciembre con «Alas furtivas»- fue fiel a su fama y derrochó ingenio, ironía, humor y descaro en la presentación de su espectáculo. Después de «agradecer, agradecer, agradecer y agradecer» la oportunidad, hizo un llamamiento a los directores teatrales españoles -«nunca me han llamado»- y dijo que durante treinta años había hecho un personaje de mujer -«que parece un tío»- y ahora quería, por una vez, quitárselo de encima.
Los cinco intérpretes hablaron de lo que suponen estos espectáculos de vacío personal para ellos. En los monólogos -coincidieron todos- «van a salir nuestros sueños, nuestras frustraciones, lo que hemos querido hacer y no hemos hecho»-. «Sí voy a desvelar cosas muy íntimas», dijo Carmen Conesa. «Voy a poder decir cosas que me han pasado», añadió Lina Morgan. «El talento está en que se lo crean», dijo Pavlovsky. «Es una confesión, pero interpretada», reflexionó María Galiana. «Y ensayada... Que así nos va la vida, que no la ensayamos nunca», concluyó Pavlovsky.
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