«Teatro del bueno»
Hace cincuenta años llegaron a nuestros escenarios dos grandes textos: «La loca de Chaillot» y «Becket o el honor de Dios»
ABC
El viernes 12 de enero de 1962 , hace algo más de cincuenta años, se estrenaba en el teatro María Guerrero de Madrid «La loca de Chaillot», un texto de Jean Giradoux que había visto la luz en París algo más de tres lustros ... atrás. José Luis Alonso, director de aquella función, decía de la obra en la habitual antecrítica publicada en ABC que era «la más trascendente de su autor. En ella pone en juego ideas importantes, sentimientos eternos, enfrenta dos mundos: el puramente materialista “de los que provocan la guerra y el hambre”, y el espiritual y puramente idealista “de los amantes de las plantas y de los animales”, el mal y el bien. A veces farsa, a veces sátira social, a veces comedia pacifista, de actualidad impresionante, sumergida siempre en un baño poético y de humor; rebosa inteligencia por los cuatro costados. Y sobre toda ella se destaca, se yergue como un esperpento, la figura quijotesca de Aurelia , “la loca de Chaillot”».
Los cuarenta y cinco personajes que tiene la obra, seguía Alonso, justificaba su inclusión en la programación de un teatro nacional. « Amelia de la Torre -enumeraba el director-, Olga Peiró, Antonio Ferrandis, Julieta Serrano, Agustín González, Rosario García Ortega, José Vivó, Adela Calderón, Joaquín Molina, José Luis Lespe, Alfredo Landa y la colaboración extraordinaria –nunca mejor empleada la palabra– de José Bódalo, son los papeles más importantes de un reparto interminable».
«La dirección de José Luis Alonso está llena de magia y poesía», escribió Marqueríe
Alfredo Marqueríe, crítico teatral de ABC, escribió a propósito de este montaje: «La dirección de José Luis Alonso, llena de magia y poesía, de sensibilidad exquisita, de perfección de fondo y de forma. Y la interpretación de Amelia de la Torre en la figura central, de un tono, de una grandeza y de una elocuencia impresionantes, con José Bódalo –en una creación antológica –, la gran actriz triunfó en toda línea y fue obligada por el público a adelantarse en el palco escénico entre bravos y vítores en unión de todos los colaboradores».
Apenas un mes después, el 17 de febrero, llegaba al Español «Becket o el honor de Dios», de Jean Anouihl , con dirección de José Tamayo. Al frente del reparto, dos primeros espadas de nuestro teatro y nuestro cine: Francisco Rabal y Fernando Rey, Enrique II y Thomas Becket, respectivamente. En su crítica en las páginas de ABC, Alfredo Marqueríe se refería a los protagonistas del montaje: «Francisco Rabal, lleno de vigor y de ímpetu, de viril arrojo y de arrebatada pasión, de rudeza unas veces y de contenida ternura otras, y Fernando Rey, sutil cortesano y fervoroso arzobispo marcando la transición de su papel con magistrales matices, fueron los héroes del estreno». «¡Esto sí que es teatro, del bueno!», concluía.
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