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ABC Cultural

Benito Pérez Galdós

La inauguración del viejo Madrid

Don Benito inauguró una ciudad eterna, que ya existía. He aquí uno de sus méritos de escritor abundantísimo, que se aplica de pupila, como transeúnte más o menos ilustre, para luego imaginar toda la memoria de lo recorrido

La Puerta del Sol en 1862, el año en que Benito Pérez Galdós llegó a Madrid ABC
Ángel Antonio Herrera

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Don Benito Pérez Galdós tuvo casa última, o penúltima, en el barrio de Argüelles, un aseado esquinazo con jardín donde ahora triunfa un local de lencería minuciosa. Es lo que pasa con una mitad del Madrid galdosiano , que ha ido mudando los ... sótanos de ultramarinos en grutas de neón donde hoy se venden bragas para musas de Instagram. Don Benito acabó cumpliendo una tumba en la Almudena, una tumba no demasiado conocida, por cierto, y así se cerraba una biografía de paseante de los madriles que arrancó en una pensión del viejo corazón de Madrid, en la calle Fuentes, donde ahora el restaurante La Mordida celebra jolgorios de tequila. Tenía el escritor diecinueve años, y se alojaba de huésped en la que durante décadas iba a ser la órbita predilecta de su vida, y de su obra: un vetusto Madrid de escaleras torturadas y vecindonas de barandal que pronto sería también un Madrid «galdosiano».

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