La NASA rechaza cambiar el nombre del telescopio espacial James Webb pese a las acusaciones de homofobia

Desde el pasado mayo, más de 1.200 personas, incluidos científicos que ya tenían tiempo concedido para utilizar el observatorio tras su lanzamiento, han firmado una petición para que se cambie el nombre del Telescopio Espacial James Webb (JWST). El motivo es que Webb, que murió en 1992, ocupó varios puestos de liderazgo en la administración Truman durante un período en el que los empleados federales homosexuales fueron despedidos debido a su orientación sexual. Y estaba en frente de la NASA cuando ocurrió lo mismo con uno de sus trabajadores.

La petición, iniciativa de cuatro distinguidos astrónomos, acusa a Webb de participar en lo que se llamó el 'susto de la lavanda', una especie de caza de brujas para identificar y despedir a las personas homosexuales con cargos públicos. Los motivos eran tan delirantes como que, para ocultar su condición a toda costa, podrían revelar secretos del gobierno bajo chantaje y poner en peligro al país. Supuestamente, Webb aprobó una serie de memorandos que discutían lo que se describió como «el problema de los homosexuales y los pervertidos sexuales» para un senador que lideraba la persecución.

En respuesta a estas preocupaciones, la NASA comenzó un estudio interno de documentos históricos que podrían arrojar luz sobre el comportamiento de Webb. Pero hace algunos días el actual administrador de la agencia, Bill Nelson, señaló en un comunicado el rechazo al cambio de nombre del observatorio. «No hemos encontrado evidencias en este momento que justifiquen cambiar el nombre del telescopio espacial James Webb», aseguró. El historiador jefe interino de la NASA, Brian Odom, quien dirigió la investigación, dijo a la revista «Nature» que el caso está cerrado. No han encontrado nada que relacione directamente a Webb con esas persecuciones.

Según explicó Odom a la publicación, la investigación fue «muy objetiva y lo más exhaustiva posible» en tiempos del Covid, ya que algunos archivos y bibliotecas relevantes estuvieron cerrados por la pandemia. Se registraron archivos internos de la NASA, entrevistaron a historiadores y contrataron a un investigador externo. Sin embargo, no se ha hecho público ningún informe.

Algunos astrónomos acusan a la NASA de falta de transparencia y de no tener intención de confrontar la historia. Los que lideran el rechazo al nombre de Webb -Chanda Prescod-Weinstein, de la Universidad de New Hampshire; Brian Nord, del Laboratorio Nacional Fermi; Sarah Tuttle, de la Universidad de Washington en Seattle, y Lucianne Walkowicz del Planetario Adler de Chicago-, dijeron a 'Nature': «A pesar de todo el discurso de la institución sobre la equidad y la diversidad, no parecen estar particularmente preocupados por la responsabilidad pública sobre temas delicados que han impactado a un grupo históricamente marginado».

Si nada cambia, James Webb dará nombre a uno de los proyectos estrella de la NASA. Considerado un prodigio tecnológico, el observatorio espacial será capaz de ver más lejos que ningún otro telescopio, hasta el punto de observar el aspecto que tenían las primeras galaxias. Además, podrá sondear mundos potencialmente habitables y explorar los misterios de la energía oscura.