La receta del salmorejo perfecto: no lleva pan y está repleta de antioxidantes

Sin embargo, siempre hay un eterno debate girando en torno a estas dos sopas frías, por lo menos en consulta... Y es que muchas veces surge la duda de cuales son las diferencias y cual de las dos es mejor opción.

La primera diferencia entre ambas, muy apreciable a la vista en la mayoría de los casos, es la textura. El salmorejo es una emulsión, por lo que al llevar un poquito más de aceite de oliva resulta más espeso que el gazpacho, que es una sopa fría con más cantidad de agua. También influye el tipo de pan que se utiliza durante la preparación, ya que para el salmorejo se suele utilizar pan fresco, cuya miga es un poco más densa que la del pan duro que se utiliza en el gazpacho y un poquito más de cantidad.

Y en lo que refiere al resto de ingredientes, a pesar de que ambos son de sabor muy similar, el salmorejo está preparado únicamente a base de tomate, aceite de oliva, pan, ajo y vinagre y el gazpacho contiene más variedad de hortalizas, incluyendo también pepino y pimiento en sus ingredientes.

El tomate nos aporta vitamina C, vitamina A y licopeno, que es un potente antioxidante. También podemos destacar sus minerales. Además, es fuente de fibra y agua que nos ayuda a hidratarnos junto a su contenido en minerales.

Además, si utilizamos aceite de oliva virgen extra, le estamos dando un plus a la receta. Ya que es rico en vitaminas A y E, y esta maravillosa grasa permitirá que el licopeno penetre mejor en nuestras células y que por lo tanto su acción sea más efectiva.

Es importante controlar la cantidad de sal que añadimos y por supuesto pensar en que tipo de pan añadiremos, que siempre será mejor integral o si bien lo sustituimos este ingrediente por otro proteico con el fin de reducir la ingesta de hidratos de carbono, como el queso, huevo, pescados,...

En los últimos años hemos visto infinitas variedades de «gazpacho» de diferentes sabores, de sandía, de fresón, de pepino, de melón, de mango… Y pongo la palabra gazpacho entre comillas porque no sé hasta qué punto está bien llamarles así o sería mejor referirnos a ellas como sopas frías. Sin embargo, del salmorejo, hasta la fecha, no se han dado tantas opciones, por lo que hoy te traigo unas cuantas ideas para que puedas experimentar este verano en la cocina.

Sin duda, esta es mi favorita: mucho más ligera y muy fácil de hacer.

- 1 kilo de tomates tipo pera

- 2 huevos duros

- 100 ml de aceite de oliva virgen extra

- 1 diente de ajo

- Una pizca de sal

- Opcionalmente: queso cottage para acompañar

En primer lugar cocemos los huevos aproximadamente 9 minutos. Luego, limpiamos bien los tomates, los troceamos y los añadimos al vaso de la batidora junto con el diente de ajo y los huevos ya cocidos y pelados con una pizca de sal.

Trituramos y poco a poco le vamos añadiendo el aceite, de manera que se irá emulsionando.

Queda riquísimo y es una opción más ligera, ya que sustituimos el pan por el huevo, que es una fuente de proteínas de alto valor biológico.

Pero, ¿y si le damos la vuelta a alguno de los ingredientes para hacerlo nutricionalmente más rico o tener más variedad de sabores?

También, para aquellos que no quieran usar pan, una alternativa saciante, repleta de minerales y vitaminas, es sustituir el pan por manzana y el resultado es un salmorejo más ligero, fresquito, con un toque dulzón y de consistencia similar.

Seguro que en alguna ocasión habéis visto servir el salmorejo con atún desmigado como si de un topping se tratase, pero en este caso, el atún vamos a mezclarlo con el resto de ingredientes en el lugar del pan, obteniendo así un salmorejo más saciante, con proteínas de alto valor biológico y elevado contenido de ácidos grasos omega 3.

También, para los más atrevidos que quieran innovar en la cocina, podemos añadir remolacha a nuestra preparación aumentando su poder antioxidante gracias a las antocianinas, sustancia que también le dará un color moradito a nuestro salmorejo.

Además, con unos taquitos de queso feta de toppings a la hora de servir queda delicioso.

Tengo que confesar que esta combinación es mis favoritas. La sandía es una de las frutas más veraniegas por excelencia y el salmorejo no cabe duda de que también es de las recetas más consumidas a lo largo de la temporada, por lo que la combinación de ambas no solo nos aporta una bebida deliciosa y refrescante si no que además es una fuente de vitaminas y minerales a la par que saciante.

Al ser una receta tan versátil da mucho juego a mejorar sus propiedades nutricionales añadiendo más frutas y verduras, sin apenas pasar tiempo en la cocina. Además, para los días de mucho calor puede ser una buena elección hidratante a la vez que saciante.

Puedes saber más de Elisa Escorihuela a través de su cuenta de Instagram: @eliescorihuela , su labor en el Centro de Nutrición Nutt y en su libro 'Dietoterapia'. Además puedes leer todas las recomendaciones nutricionales que recogen sus artículos en ABC de 'Aula de nutrición'.