Álvaro García logra el Loewe de poesía con «Canción en blanco»

Según Luis Antonio de Villena, encargado de presentar el libro galardonado, «fue una deliberación muy reñida, pero Álvaro García se impuso porque “Canción en blanco” intenta el camino del poema largo, del único poema». En la obra premiada se da, según explicó De Villena durante el fallo, «una extraña mezcla entre “El Cementerio Marino” de Paul Valéry y “Razón de amor” de Pedro Salinas, en un intento por ir más allá, por cambiar el modelo de T. S. Eliot y no quedarse en la tradición a secas».

Halagos que Álvaro García recibió con la timidez propia del instante, pero con la «satisfacción» de ser reconocido con este «inesperado» premio, el «más importante de poesía en España, que me va a hacer llegar a más lectores y que es una oportunidad». El malagueño, que llevaba sin publicar poesía desde 2005, es autor de más de media docena de poemarios y su última novela acaba de ser finalista del Premio Herralde. Aunque Álvaro García considera que «la literatura no depende de premios», también reconoce que «son un estímulo y, como decía Bioy Casares, “siempre es mejor un premio que un castigo”». No obstante, para él «la poesía es una actitud ante el mundo y la seguiría practicando aunque no hubiera nadie al otro lado». Como deja patente en la intensa oda al amor que es «Canción en blanco», el autor aspira «al lenguaje total, no quiero ponerme una meta más baja. La poesía es el entusiasmo del lenguaje de manera que quepa todo en él, lo mismo la fantasía que la realidad, el humor o la sonoridad, es el manantial al que deberíamos aspirar». El galardón a la Creación Joven, que se suele conceder con el Loewe, quedó desierto en esta edición.