Dostoyevski empieza a estar al completo
Se publica el primer tomo de todas sus obras que recoge novelas y relatos de su primera època, entre 1846 y 1849
Metió su dedo eslavo y su pluma (sobre todo su pluma) hasta las entretelas del alma humana, en todas las llagas del corazón: el crimen, el castigo, la humillación, la ofensa, la redención, la culpa, el pecado, la libertad. Fue socialista a la cristiana y ... creyó en un mundo justo e igualitario: penó por ello, diez años confinado en Siberia, conmutada su pena de muerte. Allí, entre rejas, cargado de grilletes, una mujer le regaló una Biblia, y salió de presidio convertido en un profeta del bien y la moralidad. No conoció el siglo XX (murió en 1881, a los sesenta años de edad) pero ni falta que le hizo, porque Fiódor Mijáilovich Dostoyevski adelantó muchos de los sufrimientos, anhelos y pesares del hombre contemporáneo. Su talento literario hay que verlo y sobre todo leerlo para creerlo. Leerlo, por ejemplo en la magnífica edición de sus Obras completas, cuyo primer tomo acaba de presentar el Círculo de Lectores/Galaxia Gutenberg . Este primer volumen agrupa las novelas y relatos (1846-1849) primeros, que no primerizos, del gran prosista ruso, y recoge el testigo de la que realizara en los años sesenta Argos Vergara.
Grandes especialistas
Una edición llevada a cabo por
Augusto Vidal
Dostoyevski fue el primer escritor en abandonar los palacios y bajar a las cabañas, a un mundo de buhardillas y sótanos, un mundo urbano de crueles y significativos contrastes entre pobres y ricos, donde el hombre, incluso el rico y poderoso, se deshumaniza. Dostoyevski fue, como dice San Vicente “el escritor del hombre medio, del hombre de la calle” , un narrador en el que “arte y mensaje van íntimamente unidos, porque los argumentos ideológicos, religiosos y morales constituyen el meollo de su creación”.
San Vicente apuntó igualmente detalles de la personalidad del creador, como que a partir de "El jugador" en lugar de escribir dictaba sus textos a una taquígrafa que luego sería su esposa. Eso sí, tras el dictado, revisaba a conciencia sus piezas. Igualmente subrayó como gran mérito el hecho de que Dostoyevski fue “el inventor de la novela polifónica, una terrible telaraña en distintos planos y perspectivas, distintas maneras de ver el mundo por cada personaje, la pluralidad de voces y puntos de vista entrelazados, y el artífice del dialoguismo narrativo”.
Finalmente, Ricardo San Vicente explicó que el creador de Noches blancas “hipoteca cualquier valor estético al valor ético. Si en sus primeras obras el sentimiento de piedad hacia los humillados domina su corazón y dirige su pluma, son las inquietudes sobre todo de orden religioso moral y político las que determinan la creación de sus grandes obras: crimen y castigo, el idiota los hermanos karamazov”. El propio escritor lo dejó puesto y bien puesto por escrito: “Soy hijo de mi tiempo, del descreímiento. Cuántos tormentos me ha costado mi sed de fe” .
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