Atenas pide cuatro meses y la UE le da cuatro días para presentar un plan

Las autoridades de la eurozona no lograron sacar ninguna idea clara de los planes del partido populista Syriza en sus encuentros de esta semana, y confían en que Grecia explique el miércoles cómo pretende reformar su economía y consolidar las cuentas públicas respetando al mismo tiempo los compromisos de reformas aceptados por los gobiernos anteriores. El primer ministro Tsipras ha usado la amenaza y el ruego a la vez, y pedía al menos cuatro meses para ofrecer a los socios europeos resultados de crecimiento que permitan replantear el pago de la deuda. Pero la UE le da solo hasta el miércoles para que deje clara su estrategia económica.

Ni la rápida gira europea del nuevo primer ministro y de su ministro de Finanzas, ni las reuniones de técnicos en Bruselas, han arrojado esta semana ningún resultado tangible. El Gabinete radical de izquierdas de Syriza solo ha logrado movilizar a algunos miles de seguidores en Atenas, pero en las capitales europeas que visitó dejó en cambio una sensación de incertidumbre y recelo.

Alexis Tsipras pasó el día de ayer reunido con su vicepresidente Yanis Dragasakis y los ministros de Finanzas y de Economía para estudiar los próximos pasos del gobierno ante la reunión excepcional del Eurogrupo del próximo miércoles. Fuentes cercanas a Tsípras pusieron al mal tiempo buena cara y señalaron que «se trata de un paso esperado por parte del gobierno y absolutamente bienvenido». Añadieron que será en dicha reunión cuando el Ministro de Finanzas presente las posiciones del nuevo gobierno, «cumpliendo con el nuevo mandato que le ha dado el pueblo griego» con el fin de conseguir un acuerdo beneficioso para todos en tan poco tiempo.

Tras la gira de varios países europeos del primer ministro y del ministro de Finanzas, habrá que efectuar una serie de cambios en el programa gubernamental. Por esta razón Tsípras se dirigirá al Parlamento mañana por la tarde (y no hoy) y se verá retrasado el voto de confianza a su Gobierno a la medianoche del martes. Tendrá que conseguir satisfacer a su electorado y al sector más de izquierdas de su partido al tiempo que deberá tranquilizar a los socios europeos con un programa que mantendrá gran parte de las reformas hechas y por hacer del sector público. Porque a partir del 11 de febrero los bancos griegos no podrán utilizar bonos griegos como garantía en sus operaciones de financiación diarias con el Banco Central Europeo y el 28 de este mes termina el actual programa del rescate.

La agencia de calificación de riesgos Standard and Poor’s (S&P) rebajó ayer la nota crediticia de Grecia de B a B- debido a la reducción de liquidez en los bancos griegos. Según S&P, la bajada responde a un empeoramiento de la economía del país, lo que, asegura, reduce el plazo para que el nuevo Gobierno alcance un acuerdo con sus acreedores.