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Mohamed VI se recupera en París tras sufrir una arritmia cardíaca

Aunque la intervención ha sido un éxito, el monarca deberá guardar reposo

El monarca, en el hospital junto a sus familiares

Juan Pedro Quiñonero

Mohamed VI , rey de Marruecos, fue operado el lunes de una arritmia cardíaca en la clínica Ambroise Paré de Neuilly-sur-Seine, al oeste de París, y pudiera pasar varias varios días de reposo en su palacio de Betz, a unos sesenta kilómetros al norte de la capital, una de las residencias principescas más legendarias de Francia, antigua propiedad del príncipe Honoré III de Mónaco (1720 - 1795), cuya esposa utilizó la residencia para recibir al más famoso de sus amantes, Louis V Joseph de Bourbon, príncipe de Condé.

Según las informaciones oficiales, los especialistas franceses practicaron el lunes una «ablación por radiofrecuencia» de la arritmia. Un comunicado firmado por seis médicos, certifica la «normalidad» de la operación, matizando que Mohamed VI «podrá retomar sus actividades normales, sin restricción alguna, tras unos días de reposo» .

Lalla Salma, esposa del monarca, es la única que no aparece en la imagen

El Rey de Marruecos ya fue operado en París, el 17 de septiembre pasado, de un « tumor benigno » que le había aparecido en el ojo izquierdo y había comenzado a «invadirle la córnea». Tras aquella operación, Mohamed VI pasó dos semanas de reposo y recreo entre París y su palacio familiar Betz, que su padre, Hassan II , compró en 1972.

Las visitas de ocio, recreo y placeres de Mohamed VI y su padre a París, forman parte de una cierta mitología franco marroquí, cultivada con mucha discreción.

Para los habitantes de Betz (1.600 habitantes), en el departamento de Oise (Picardía, al norte de París), las visitas del Rey de Marruecos son un «regalo económico» importante para la economía del municipio. Hassan II hacía grandes regalos, no solo pecuniarios. Mohamed VII «se hace rogar», según varias fuentes, pero siempre termina manifestando su «liberalidad» a unos lugareños sensibles a los gastos de la «corte» del servicio, la seguridad, los familiares y amistades que acompañan al Rey.

A la espera de la posible confirmación oficial u oficiosa, el alcalde de Betz movilizó ayer tarde a todos los servicios municipales, prestos a confirmar su tradicional hospitalidad de Mohamed VI, tras la operación del lunes, en las afueras de París.

Un palacio de ensueño

El palacio de la familia real marroquí en Betz es una joya del patrimonio histórico y arquitectónico . Sus jardines se encuentran entre los más bellos y desconocidos de la arquitectura y el urbanismo nacional, cuyo mayor esplendor y días de gloria datan de finales del XVIII, cuando eran propiedad de Honoré III de Mónaco. Cuando el príncipe de la familia Grimaldi se encontraba en París o en su diminuto principado de la futura Costa Azul, su esposa, Marie-Catherine de Brignole, recibía en su alcoba familiar a un vecino ilustre, Louis V Joseph de Bourbon-príncipe Condé, con el que terminó contrayendo matrimonio, al quedarse viuda.

Tras aquellos años dorados, cuando J ean-Jacques Rousseau terminó instalándose por los mismos parajes, en Ermenonville, el palacio de Betz atravesó décadas de esplendor y decadencia, hasta que sus penúltimos propietarios, decidieron vender la residencia principesca. Marcel Dassault, el legendario construir de aviones, soñó con hacer suyo el palacio, que finalmente compró Hassan II, en unas condiciones financieras nunca conocidas. A su muerte, su hijo, Mohamed VI, comenzó a frecuentar el palacio familiar en su primera juventud. Los interiores palaciegos y el tercer jardín inglés más famoso de Francia son un secreto de Estado franco - marroquí, invisible para los franceses.

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