La controversia surgida con la publicación del Diccionari de la Academia Valenciana de la Lengua (AVL), que equipara la definición de lengua valenciana al catalán, ha prendido la llama del debate identitario que viene enfrentando las posturas del PPCV, posicionado en el valencianismo, y las de los partidos de la izquierda ideológica en la región, próximos a las tesis catalanistas. Hasta el punto de que el PPCV de Alberto Fabra estudia seriamente la creación de una Academia de la Lengua Valenciana si la AVL no rectifica. El proceso será irreversible si no se alcanza un consenso.

El presidente valenciano, especialmente molesto con el momento elegido por la AVL para presentar su Diccionari –después de doce años de trabajo, la controversia irrumpe en plena precampaña– y con el hecho de que desde el PPCV no se haya logrado establecer una vía de negociación que lo evitase, está decidido a no aceptar bajo ningún concepto la propuesta que equipara valenciano y catalán.

La reunión que el grupo parlamentario popular mantuvo ayer en la Cámara autonómica para abordar el periodo de sesiones no se pudo abstraer del debate. Fueron varios los diputados que remarcaron la importancia de insistir en la defensa de las señas de identidad, como Fernando Giner –«las bases del partido nos exigen que frenemos lo que consideran un ataque claro al orgullo de ser valencianos»–. El portavoz del grupo, Jorge Bellver, refrendó esta versión.

La disolución, inviable

Fabra está decidido a no aceptar de ningún modo el Diccionari, y ha ordenado a los servicios jurídicos de la Generalitat estudiar la fórmula para modificar los estatutos de la AVL, ya que su disolución no es viable al necesitarse el acuerdo de la mayoría cualificada de las Cortes.

Esta vía, o encontrar un canal de diálogo con el presidente de la AVL, Ramón Ferrer, para preservar lo que el Estatuto de Autonomía dice sobre el valenciano, son las fórmulas preferidas por Fabra. En caso de no prosperar, parece inevitable la creación, mediante un proyecto de ley, de una institución con competencias en materia lingüística bajo la denominación de Academia de la Lengua Valenciana. Esta propuesta cobra fuerza y es una cuestión en la que están involucrados el PPCV, el grupo parlamentario y el Consell. El presidente de la Generalitat ha cogido el timón para fijar el rumbo en este conflicto, que en caso de no reducir el ruido amenaza con polarizar la vida política valenciana en torno a las señas de identidad (lengua, senyera y tradiciones).

Las normas del Puig

La Academia de la Lengua Valenciana se apoyaría en las normas del Puig, de tradición valencianista, y compartiría un protagonismo creciente con la centenaria Real Academia de Cultura Valenciana y también con Lo Rat Penat, ambas partidarias de una normativa independiente para la lengua valenciana. Serafín Castellano reiteró ayer que «queremos que la AVL respete las señas de identidad claramente marcadas en el Estatuto de Autonomía que es para lo que se creó» y advirtió que la lengua ha de ser un vehículo de unión y de «orgullo de pertenencia a un pueblo», no de división.