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El contagio llega a Jordania donde piden la dimisión del primer ministro

La manifestación fue convocada por el Frente de Acción Islámica, el brazo político de los Hermanos Musulmanes

DANIEL IRIARTE

«Queremos cambio». Con este eslogan, tres mil personas se han reunido hoy en el centro de Ammán para pedir reformas políticas. Pero el motor del descontento es sobre todo los elevados precios de la comida, que han provocado ya protestas en las semanas anteriores. Como trasfondo, la revuelta que hace pocos días hizo caer al gobierno de Zine Abidine Ben Alí, en Túnez, y que se está extendiendo como una marea por todo el mundo árabe, de Egipto a Yemen. Incluso en Siria hay convocada una jornada de protesta para el próximo 5 de febrero.

En Jordania, la manifestación ha sido convocada por el Frente de Acción Islámica, el brazo político de los Hermanos Musulmanes en el país, tras las oraciones de los viernes, pero ha sido secundada por algunos partidos de izquierda y sindicatos. Tras las demandas económicas, las políticas: los manifestantes piden la dimisión del primer ministro Samir Rifai y su gabinete, elecciones libres y el establecimiento de un parlamento representativo. Muchos manifestantes portaban pancartas en las que se leía: «Enviad a los corruptos a juicio», y «Rifai, vete, los precios arden igual que los jordanos», era uno de los lemas más coreados en la manifestación, según las agencias de noticias. De momento, la ira de los manifestantes no se ha dirigido contra el monarca, el rey Abdulá.

Éste ha demostrado tener más cintura política que los gobernantes tunecino y egipcio: ayer, Abdulá pidió a gobierno y parlamento que acelerasen la toma de medidas políticas y sociales, en especial la modificación de una polémica ley electoral diseñada, según los críticos, para asegurar un parlamento favorable. Ese es el motivo por el que el principal partido opositor, los Hermanos Musulmanes, decidió boicotear las elecciones del pasado 9 de noviembre.

La Hermandad Musulmana jordana, a diferencia de las ramas en otros países como Siria o Egipto, no sólo es legal, sino que tradicionalmente ha ejercido de oposición «responsable», especialmente apoyando a la monarquía hachemí en su enfrentamiento con el estado israelí. Tras la firma de la paz con Israel en 1994, se produjo cierta fractura entre los islamistas y la monarquía, pero ésta nunca ha considerado a la Hermandad como una amenaza seria. Pero dado el peso de esta organización en la oposición jordana, el toque islamista no podía faltar en las protestas: «En nombre de Dios, el gobierno debe cambiar», cantaban muchos de ellos, así como el clásico de los Hermanos Musulmanes: «El Corán es nuestra constitución, la “yihad” es nuestro camino».

Peor situación económica

Jordania lidia desde hace meses con la peor situación económica en décadas. El déficit alcanza los 1.400 millones de euros, y la inflación ha pasado del 1’5 % al 6’1 % en un solo mes. El desempleo es del 12%, y se calcula que un cuarto de la población vive por debajo del nivel de la pobreza.

Las protestas no sólo se han producido en Ammán, sino también en las ciudades de Irbid, Zarqa, Ajlun, Mafrak, Karnak y Aqaba. Es ya la tercera semana consecutiva que tienen lugar este tipo de manifestaciones.

Algunos observadores creen que es improbable que el rey se plegue a las demandas políticas de los manifestantes. No obstante, otros señalan que el monarca ya se está distanciando de su gabinete, dado el malestar en la Casa Real ante la práctica de algunos ministros de escudarse en la figura real para justificar sus propios errores.

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