El fútbol se asoma al abismo
La Liga, el Calcio y la Premier podrían estar arruinadas en dos años y el mercado asiático podría ser la solución
JOSÉ PABLO GONZÁLEZ
Sintomático de algo debe ser que los últimos tres años de gasto en el mercado en la Liga española han ido cayendo en picado de los 540 millones de euros del verano de 2007, a los 270 de 2008, 250 «kilos» en 2009 y, bastantes ... menos en lo que va de periodo de fichajes de cara a la temporada 2010-11. Y es que siendo las competiciones que más gastan la Premier, el Calcio y la Liga, el estudio de la consultora A.T. Kearney presume que de aquí en dos años estos grandes campeonatos ligueros pueden estar en bancarrota.
Parecía, a tenor de los números en pasados años, que la crisis económica actual no había afectado al universo fútbol. Craso error, porque las cuentas generales vienen infladas por muy pocos clubes con un nivel altísimo de gasto, que copaban y siguen dominando los movimientos más caros del mercado. El Real Madrid invirtió 250 de los 470 millones que se movieron en España en el verano de 2009, con los traspasos de Cristiano por 94 kilos, Kaká por 65, Benzema por 35, Alonso 30... Y el Barça siguió al acecho, pagando 66 millones en el negocio por Ibra y 25 por Chigrinskiy.
La Premier League acumula, por su parte, el mayor índice de gasto de los últimos años. Concretamente desde 2007, ha invertido un total aproximado de 1.000 millones de euros en traspasos. Un mercado que desde la llegada en 2008 de los petrodólares al Manchester City, ha monopolizado este club a su antojo. De ahí, que por el momento el gasto de este verano en la Premier gire exclusivamente en torno al segundo equipo de Manchester y a sus incorporaciones de David Silva por 33 millones de euros, Yayá Touré por 26 más, el serbio Kolarov por casi 23 y Boateng por 12,5.
En España parece que la cosa de la crisis empieza a influir en las carteras de los clubes, con el Barça a la vanguardia — 50 por Villa y Adriano—, un Madrid menos derrochador que años atrás —53 entre Di María , Pedro León , Khedira y Mourinho —, y con el Valencia reflejando los problemas económicos más importantes del momento, teniendo que vender a sus estrellas y recomponiendo el equipo con mucho menos presupuesto.
No obstante y por echar más leña al fuego, en España la situación ha dado grandes giros en las últimas semanas. Se ha pasado de la ausencia de gasto como método de ahorro, a que las denuncias por impago proliferen más de lo habitual. El centrocampista Sergio González, tras pasar nueve años en el Deportivo de La Coruña, terminó por denunciar ante la AFE al club gallego por impago de un montante que acaricia los 4 millones de euros, y que ponía al club gallego en la tesitura de descender si no pagaba. Además, el club tenía cargos externos. Casi 500.000 euros al Mallorca por el traspaso de Luque, y 2 millones más al Atlético por Zé Castro. Ahora todo parece subsanado con la venta de Filipe Luis. Y de igual forma le ocurre al Zaragoza, que adeuda casi 3 millones por los traspasos de Aimar y Arizmendi al Valencia.
Llega en 2010 el primer bache real en base a los traspasos. La mayor parte de la adquisición de cromos se produce con jugadores libres, cesiones o con acciones de limitada inversión, de modo que en lo que va de verano, en la Liga, el valor aproximado de gasto gira en torno a los 180 millones de euros, de los que sólo el Barça y el Madrid se reparten cerca de un centenar. Algo que evidencia, inevitablemente, la repartición de los botines deportivos nacionales de los próximos años entre los dos grandes clubes.
Alemania, una liga rentable
Según el estudio, la Bundesliga es el único campeonato que presenta a sus clubes como estructuralmente rentables y con capacidad, por tanto, de existir por sí mismos. Algo que difiere mucho del cariz de las otras ligas continentales. La Ligue francesa acude al acecho, una liga que, especialmente en este año, presenta sus cuentas austeras. El español Azpilicueta es el fichaje más caro, del Osasuna al Marsella, por 7 millones de euros.
Se deduce, por tanto, de una situación a la baja, que ningún inversor con afán de negocio entraría en el mundo del fútbol tal y cómo está gestionado el plantel, y es por esto que solo acuden personas con algún tipo de interés político, de prestigio social, o como hobbie. Casos del Al Mubarak, dueño del Manchester City, o de Florentino Pérez, al frente del Real Madrid.
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