El Barça responde con una «manita»

El vigente campeón doméstico superó con un excelente resultado el mal gusto que les ha dejado este inicio de año en el que han disputado dos partidos que han acabado en un empate, frente al Villarreal en Liga, y en una derrota, ante el Sevilla en el partido de ida de los octavos de final de la Copa del Rey.

Para enderezar el rumbo, la delegación visitante repitió el idilio con las Islas como en el compromiso precedente entre ambos conjuntos, que se remonta al 2 de febrero del 2002 y acabó también en goleada blaugrana por 0 a 6. Por aquel entonces, Carles Rexach ocupaba el banquillo azulgrana y Patrick Kluivert fue el autor de cuatro de los seis goles del Barcelona, en el que además Puyol adelantó a los suyos 'de tijera'.

Al inicio del partido, mientras que el cuadro tinerfeño apostó por su once de gala - gracias a la rápida recuperación de sus molestias de su referencia ofensiva, Nino-, Pep ofreció novedades en el dibujo inicial azulgrana debido a la inclusión en la zaga de Maxwell y Márquez en detrimento de Abidal y Piqué, y con Bojan como referencia ofensiva en sustitución del sueco Ibrahimovic, sancionado.

La apuesta del técnico de Santpedor, que llamó la atención por el desplazamiento al banquillo de uno de sus jugadores más en forma, el foráneo Pedro, se tradujo como un intento por rescatar en la rotación al joven ariete internacional, algo apagado la presente campaña tras la explosión del canario en la punta de ataque. Sin embargo, la osada fórmula establecida por Guardiola estuvo a punto de costarle caro a los catalanes. En el inicio del lance fue la disciplina 'chicharrera' la que dio los primeros avisos tras aprovecharse de varias pérdidas visitantes en la medular, circunstancias que llevaron el peligro en la meta de Valdés, que se alió con la madera para evitar la primera ventaja local.

Bimonio Bojan-Messi Tras este tramo de incomodidad, el bando barcelonista encontró el camino gracias a la diferencia impartida por el tándem Bojan-Messi. En concreto fue el primero el que desató las hostilidades al convertirse en el mejor socio en la vanguardia del vigente FIFA World Player, al que asistió en el minuto 37 a placer tras driblar a Juanlu desde la línea de fondo.

Con la balanza a favor del FC Barcelona, dos nuevos zarpazos, esta vez con la firma de Puyol de cabeza -que también anotó, esa vez de chilena, en el precedente del 2002- y del propio Messi, nuevamente asistido por el delantero leridano al borde del descanso; sentenció los esfuerzos de un voluntarioso Tenerife. Tras el regreso de la bocana de vestuarios, los de Oltra, ahora incrédulos ante la el excesivo castigo a su valentía, y pese a ser conscientes de la efectividad en el remate de los líderes de la Liga, continuaron dando buscando el área rival por medio de un inspirado Alfaro y de un participativo Nino.

Fruto del brío canario, los de Guardiola cerraron el choque por medios de dos nuevas tentativas. La primera, de la 'Pulga', que propinó una vaselina de delicatessen ante la que nada pudo hacer Aragoneses, y la segunda, por medio del hijo pródigo de la afición local, Pedro, que finalizó en las redes una gran jugada individual que, por respeto a su tierra, no celebró.

Tras esta balsámica victoria, el FC Barcelona, además de recuperar la imagen dañada en este tramo inicial del año, recupera sus mejores sensaciones de cara al trascendental partido copero frente al Sevilla del próximo miércoles, mientras que el Tenerife, ve con un sólo punto de distancia el peligro del descenso.