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Bajo la lluvia de fuego ruso

Bajo la lluvia de fuego ruso

«Fuimos quinientos hombres y volvimos ochenta. Yo soy de la Unidad Batumi, cuerpo de elite, y estábamos en primera línea luchando en Tskhinvali. Primero llegó la infantería rusa y luego los aviones, parecía que había un avión por cada soldado georgiano. Permanecí dos días ... entre los cadáveres de mis compañeros, sin comer, ni beber. Tenían francotiradores por todas las esquinas y al menor movimiento estabas muerto». George se recupera en el hospital psiquiátrico Asatiani de Tiflis. Los hospitales civiles de la ciudad se colapsaron los primeros días de heridos que venían del frente y muchos de ellos siguen aún internados. Civiles y militares comparten habitaciones en unos centros a medio camino entre el pasado soviético del país y el futuro occidental que persiguen los nuevos mandatarios.

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