Jaén
Guarromán, el pueblo jienense que debe su nombre a la colonización de Sierra Morena
Tradiciones, gastronomía, monumentos y fiestas se entrelazan en el municipio de Guarromán que homenajea a sus antepasados colonos
Ruta por la espectacular cerrada del río Borosa, en el corazón de la Sierra de Cazorla
María Tajadura
Jaén
El viajero que atraviesa Despeñaperros encuentra en su camino este municipio, a la orilla de la A-IV, que a pesar de ser muy joven, 250 años, alberga gran cantidad de tradiciones, costumbres, gastronomía y monumentos, en torno a las nuevas poblaciones.
Cuenta ... la historia que cuando Sierra Morena tan solo era vegetación y pasto del bandolerismo, un grupo de ilustrados encabezados por Carlos III y bajo la intendencia de Pablo de Olavide, idearon un proyecto basado en una sociedad rural modelo. Así, por expreso deseo de Olavide, trajeron a extranjeros, -franceses, suizos, italianos y alemanes- para poblar La Carolina, Carboneros, Santa Elena…y Guarromán, llegando a sumar 16 poblaciones. En el caso de Guarromán aprovecharon la existencia de una venta llamada 'Guadarromán' para asentar una población alemana.
Origen del nombre e historia
La primera peculiaridad de este municipio, de 2.748 habitantes, es su propio nombre, el cual suscita la sorpresa de quien lo escucha por primera vez y no se resiste a preguntar su origen. Tras este singular nombre se esconde un bello, y hasta poético significado, que narra en sus escritos el investigador, cronista oficial de Guarromán, José María Suárez Gallego.
«Para la nueva población, el propio Olavide pensó el nombre de Múzquiz o Muzquia, en honor de Miguel Múzquiz, ministro de Hacienda del Gobierno de Carlos III, conde de Gausa y uno de los impulsores de la empresa colonizadora.
Pero lo cierto es que ese nombre sólo se utilizó en los documentos oficiales durante cinco meses escasos de 1768, y, tanto los recién llegados nuevos pobladores alemanes, como los habitantes españoles de los pueblos cercanos, siguieron llamando a esta nueva población con el nombre de la antigua venta, Guadarromán.»
Procedente del árabe «Wadi-r-rumman», que significa «el río de los granados», es el nombre que los árabes moradores de Sierra Morena le dieron al río que fluye junto a la antigua venta, y que hoy es conocido como el río Tamujoso.
Como a los antepasados alemanes les costaba mucho pronunciar la 'd', situada entre dos vocales, la hicieron desaparecer de ahí que de Guadarromán se pasara a Guarromán, como se le conoce en la actualidad.
Pero los guarromanenses, lejos de esconder el nombre de su pueblo y su bello significado, lo exhiben como su primera bandera, hasta tal punto que es Guarromán la sede de la Asociación Internacional de Pueblos con Nombres Feos, Raros y Peculiares.
Monumentos para visitar
Recorrer Guarromán es volver la vista doscientos años atrás para conocer un proyecto nacido al amparo del Siglo de las Luces, de la mano de los colonos alemanes, que impregnaron los lugares más representativos de la historia de esta localidad, que, aunque corta, está llena de encanto.
Así, la primera parroquia de nueva planta que se edificó en las nuevas poblaciones, consagrada el 3 de septiembre de 1769, fue la Iglesia de la Inmaculada Concepción. Aquí se encuentran los restos mortales del General francés, Jacobo Gobert, fallecido el día 16 de julio de 1808 en un tiroteo previo a la Batalla de Bailén.
Continuamos nuestro paseo, en sentido descendente, y a mano derecha encontramos el antiguo Palacio del Intendente González de Carvajal, mandado construir por éste en el año 1807. Actualmente, transformado en un encantador hotel que conserva el ambiente dieciochesco, así como su arquitectura de patio interior.
Subiendo las escaleras junto al palacio, accedemos a la plaza Nicolás Kerche, que lleva este nombre en honor al primer nacido en el pueblo. En el centro se encuentra el monumento, obra del artista local Javier Ruiz Abel, dedicado a los primeros guarromanenses, hijos de los colonos alemanes que vinieron a trabajar a estas tierras para poder darles un futuro mejor a sus descendientes.
O la Fuente de las Generaciones, que representa las siete generaciones de guarromanenses, cada una alzando sobre sí a la siguiente y todas ellas rodeadas por el árbol de la vida, una encina, el árbol del escudo de las Nuevas Poblaciones.
El vestigio minero de la zona lo encontramos en el Monumento a los Mineros, instalado en la plaza del principio de la calle Juan Pablo Moris, en honor a los colonos granadinos y almerienses, que a partir de 1861, vinieron a trabajar en las minas del distrito minero Linares-La Carolina. De ahí que el término municipal de Guarromán albergue un rico patrimonio de más de 200 pozos mineros, que datan del último cuarto del siglo XIX.
Por otro lado, destaca la estrecha relación de los guarromanenses con sus vecinos bailenenses, con los que se funden, el último domingo de septiembre, en la celebración de la romería de la Virgen de Zocueca.
Gastronomía
El viajero que pasa por la N IV no puede evitar detenerse en el municipio para probar los magníficos y típicos hojaldres, elaborados en horno de leña, y llevarse varias bandejas a casa.
Unos hojaldres con mucha tradición en el municipio, como cuenta a ABC el responsable de Hojaldres Bermúdez, la pastelería más antigua del pueblo que data de 1934, Pablo Caballero, quien recuerda que el primero que los elaboró fue un vecino de Guarromán, Paco Bermúdez.
Éste, tras su estancia en Córdoba, donde hizo el servicio militar, regresó a su tierra e instaló la pastelería, «al principio el hojaldre era vasto, pero luego le dio el toque que lo caracteriza en la actualidad y lo diferencia de cualquier otro, a él le siguieron el resto de hornos de Guarromán: Moreno, González Ferrer y los Avenida.»
En memoria de los primeros colonos, los hojaldres han adoptado el nombre de «Alemanes» o «pasteles blancos», denominados así porque una capa de azúcar en polvo cubre el hojaldre, el bizcocho y la crema. Y las «Bayonesas» elaborados con hojaldre y cabello de ángel, conocidos como «pasteles rubios» por el color dorado de su hojaldre.
Los hojaldres de Hojaldres Bermúdez son los únicos que utilizan manteca de cerdo para su elaboración, esto los hace diferenciarse del resto, «es una auténtica experiencia dar un bocado» dice Pablo Caballero con orgullo: «el mejor hojaldre del mundo lo hago yo». Una experiencia gastronómica que corroboran los viajeros que vienen desde todos los puntos de España, e incluso de Torrelavega de Cantabría muy conocido también por sus hojaldres, «cuando los prueban se quedan con la boca abierta, son una auténtica delicia».
Y desde hace un par de años, esa parada está incompleta si no se le suman los excelentes quesos que producen Silvia Peláez y Paco Romero en 'Quesos y besos', una quesería artesanal que no para de ganar premios nacionales e internacionales, desde que en 2018 el producto Olavidia les hizo ser merecedores del título «El mejor queso de España» y en 2021 «El mejor queso del mundo».
«Un espacio, sobre todo, donde el queso de cabra alcanza la excelencia y donde todo gira alrededor del compromiso no solo con el producto sino con la familia, el entorno y el medioambiente» recoge la Guía Repsol.
'Quesos y besos' elabora productos de «extrema calidad» y «formatos innovadores», como ha declarado Silvia Peláez a ABC, quien ha comentado orgullosa que «gracias al premio de los «los Oscar de los quesos», de Guarromán han dado el salto a las mejores tiendas gourmets y delicatessen de España.»
Actualmente, se centran en dar a conocer al visitante todo el proceso de elaboración del queso, «queremos mostrar una experiencia a todos los turistas que visitan nuestra empresa».
Según la propietaria de este próspero negocio, haber elegido Guarromán para instalar la empresa, asegura, ha sido un auténtico acierto por dos motivos: «por la riqueza de la tierra para el pasto de nuestras vacas y por el punto estratégico de venta en la Nacional IV que queremos explotar».
A la vista de lo anterior, no es casualidad que Guarromán sea la sede de la prestigiosa sociedad gastronómica de la Muy Ilustre y Noble Orden de los Caballeros de la Cuchara de Palo, que tiene sus orígenes en el siglo XVIII y que defiende la Cultura del Olivo. Cada año en enero, por la festividad de San Antón, hace entrega de sus cada vez más apreciadas «cucharas de palo» a relevantes personalidades del mundo de la cultura, la sociedad y la política.
Fiestas y tradiciones
Gastronomía, fiestas y tradiciones se entrelazan en este entrañable pueblo, con el homenaje permanente a sus antepasados colonos centroeuropeos, poniendo en valor una de las tradiciones más antiguas, huevos duros pintados de vivos colores, «Pintahuevos», o la celebración, cada 26 de octubre, de las Fiestas Conmemorativas de la promulgación del Fuero de Población en 1767. Durante todo el fin de semana, guarromanenses ataviados con la indumentaria propia de sus antepasados colonos, celebran este hecho.
En la actualidad, la novena generación de alemanes asentados en esta tierra, que conserva con orgullo apellidos de sus antepasados como 'Moritz', derivado en 'Moris', o 'Aufinger', vive con ilusión el futuro de un próspero Guarromán cargado de tradiciones, gastronomía, festejos pero sobre todo de mucha historia.
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