Cinco buenas razones para viajar a Granada esta primavera

La Alhambra es la joya de la corona de la provincia granadina y uno de los monumentos más visitados del mundo. Los Palacios Nazaríes apenas necesitan presentación, aunque sí reservar con tiempo. La fortaleza nazarí en primavera se transforma, además, en un paraje prácticamente de cuento. Su vegetación, el verde de sus caminos tras las frío invierno. Una estampa imperdible e irrenunciable si se visita la ciudad.

Aún sin entrar en su interior, el complejo monumental de la Alhambra, su entorno, se puede visitar libremente. De hecho, si no hay posibilidad de obtener una entrada, primavera es la estación perfecta para un plan alternativo. Debería, de hecho, de llevar al que lo transita casi el mismo tiempo de dedicación.

Ya de por sí el paseo hasta el Palacio de Carlos V por el bosque que rodea al monumento merecen ya un buen rato. Además cercano a ella está el espectacular Carmen de los Mártires , donde llegó a residir José Zorrilla, o la casa museo del músico Manuel de Falla.

Los atardeceres en Granada tienen un sabor especial. Perderse por las calles de barrios patrimoniales como el Albaicín o el Sacromonte es sin duda una de las mejores opciones a la hora de apostarse en uno de miradores a apreciar como el sol se desvanece.

Con la Alhambra como paisaje preferencial y marco incomparable, sobresalen miradores como los de San Nicolás o Carvajales . Otros ya en la colina contraria, las vistas del llamado Ojo de Granada dejan una panorámica de la ciudad imborrable para quien locales y visitantes.

Las tapas de cortesía en la capital granadina siguen siendo uno de los principales reclamos gastronómicos de la ciudad. A priori, cualquier terraza es buena para pararse a disfrutar de unas tapas con la cerveza o la bebida de rigor.

Cada maestrillo, eso sí, como dice el dicho, tiene su librillo cuando se trata de frecuentar el mapa del tapeo granadino. Este no se circunscribe al centro de la capital aún así. En barrios como la Chana o el Zaidín hay auténticos lugares de culto.

Si prefieres no salir del casco histórico, locales como la Blanca Paloma , con sus famosas berenjenas con miel, en la Plaza del Carmen, o el pescado frito de Los Diamantes , apenas unos metros más adelante, en la calle Navas, gozan de una popularidad ganada a pulso.

Fuera de la capital, llegada la primavera, la Alpujarra es una opción magnífica para pasar unos días en la provincia y una razón más que suficiente para hacer las maletas.

Entre la lista inmensa de pueblos, de Vélez de Benaudalla a Soportújar, pasando por Trevélez, las opciones son enormes. Destaca, sobre todo, el barranco de Poqueira. Una hilera de pequeños enclaves en en pleno corazón de la Alpujarra en el citado Barranco que forma parte de esa maravilla natural ubicada en el Parque Natural de Sierra Nevada.

De hecho, está catalogada por la Unesco como Conjunto Histórico Artístico. La gastronomía juega un papel, de nuevo, junto a los paisajes, fundamental para escoger esta opción. Es, de hecho, el lugar favorito para las escapadas románticas en pareja en la provincia por lo bucólico del lugar y la desconexión absoluta entre sus calles.

En la provincia, quizás por la importancia indiscutible de su capital, en ocasiones queda deslucida otra de las razones más evidentes para organizar una visita a Granada. La Costa Tropical goza de un buen número de playas donde perderse y una oferta hotelera amplia para disfrutar plenamente de ella. Tiene lugares, además, donde la masificación que aparece ya con los primeros rayos de sol en pleno abril, es inexistente.

Existe un reguero de pequeñas localizaciones donde la tranquilidad es la cualidad fundamental, que son aún completamente vírgenes y ya dispuestas para los más atrevidos a darse un chapuzón antes de la temporada de baño. La Joya, La Rijana, El Cambrón, El Muerto o El Ruso son algunos de los secretos mejor guardados de la costa granadina.