Siete de los pueblos más bonitos y con más historia de Navarra

Olite

Esta localidad, situada en el corazón de Navarra, a una media hora en coche de Pamplona, es un entramado de robustas casonas solariegas con imponentes blasones en las fachadas, murallas romanas, arcadas góticas y bonitas iglesias. Si por algo es conocido Olite es por su Palacio Real , declarado Monumento Nacional desde 1925 . Se trata de una de las fortalezas medievales más lujosas de Europa en cuya peculiar configuración se puede palpar la influencia de la arquitectura francesa y de la decoración mudéjar. Esta construcción está ubicada en plaza de Carlos III el Noble, una de las más bonitas e importantes para visitar. De aspecto medieval y rodeada de terrazas, esta plaza alberga también otras edificaciones destacables, como son el Ayuntamiento, que fue construido siguiendo el estilo de las casas nobles del siglo XX, la torre de Chapitel o torre del reloj, uno de los edificios de arquitectura civil más emblemáticos de la localidad, y las Galerías medievales , construidas a finales del siglo XIII. Las iglesias de Santa María la Rea l , un ejemplo delicadísimo del gótico en Navarra, y la de San Pedro , del siglo XII, en la que llama la atención su impresionante fachada románica y el claustro, el convento de San Francisco y el Museo del Vino , situado en el antiguo palacio del Santo Ángel, completan la ruta por esta villa.

Elizondo

Capital administrativa, jurídica y cultural del Valle del Baztán , Elizondo es un precioso pueblo de hermosas casas señoriales dividido por el río Bidasoa. El edificio más importante de la localidad es el Palacio de Arizkunenea –actual Casa de la Cultura–, una casa noble de estilo barroco cuyos orígenes se remontan a 1730. Ubicado en la plaza de los Fueros está el Ayuntamiento, original de 1695, y el Palacio de Duate , de estilo barroco y construido entre los siglos XVII y XVIII. Otro lugar importante es la iglesia de Santiago , un templo de características góticas que fue construido a principios del siglo XX para sustituir a la antigua iglesia del siglo XVI en la que destaca su retablo mayor con la imagen de Santiago montado a caballo y los símbolos templarios. De las dos torres existentes, una es la original y la otra una réplica. En un paseo a pie por este bello rincón no hay que perderse las calles Jaime Urrutia y Braulio Iriarte , pues aquí están los edificios más notables y en ellos se puede apreciar, en todo su esplendor, las llamativas fachadas en las que predomina el color marrón de los sillares de piedra de la zona en contraste con la cal blanca de la pintura y el vivo color de las flores que adornan los balcones. El puente Muniartea , que ofrece unas maravillosas vistas de la villa, y la presa de Txokoto completan la visita.

Ochagavía

El pueblo de Ochagavía es una de las puertas de acceso a la Selva de Irati , el segundo bosque de hayas y abetos de Europa después de la Selva Negra en Alemania. Perderse por sus empinadas y empedradas calles es la mejor forma de conocer este destino asentado al norte del Valle de Salazar, en la comarca del Roncal. De su arquitectura destacan sus casas apretadas, pero independientes con empinados tejados a dos o cuatro aguas, sus palacios medievales, como el de Iriarte, Donamaría y Urrituia , sus casas blasonadas de los siglos XVIII y XIX y su puente de piedra que salva el río Anduña.

La iglesia de San Juan Evangelista , comenzada en la época medieval y desarrollada en los siglos XVI y XVII, es su principal monumento. En su interior destacan tres retablos de estilo renacentista de gran valor del año 1574. A apenas cinco minutos en coche de aquí está la ermita de Nuestra Señora de Muskilda , un templo románico construido a finales del siglo XII que por su ubicación se ha convertido en uno de los mejores miradores naturales de la zona.

Lesaka

También conocida como la Pequeña Venecia por sus más de 20 puentes, Lesaka es uno de los pueblos que conforman la comarca de Cinco Villas o Bortziriak y que destaca por su cuidada arquitectura. La iglesia de San Martín de Tours es su monumento más destacado. Emplazada sobre una colina, está considerada como una de las iglesias más monumentales de Navarra. En su interior están la Virgen de Carmona y un órgano que ha sido declarado Bien de Interés Cultural. La torre de Zabaleta, situada al lado del río Onin, es un palacio de cabo de armería que constituye un ejemplar excepcionalmente bien conservado de las viejas torres de linaje del siglo XV y otro de sus bienes más preciados, como lo es la torre Minddurinea , probablemente el edificio más antiguo del pueblo, ya que los arqueólogos la fechan en el siglo XIV. El convento de Nuestra Señora de los Dolores , construido a finales del siglo XVIII, y la ermita de San Salvatore completan la lista de monumentos del pueblo. Muy cerca de aquí no hay que perderse la Estación Megalítica de Agiña donde túmulos, dólmenes y crómlech comparten escenario con el monumento moderno de Jorge Oteiza.

Roncesvalles

Apenas tiene 20 habitantes, pero Roncesvalles , un pueblo situado al abrigo del Alto de Ibañeta en el norte de Navarra, siempre suele estar lleno de gente por ser el lugar de inicio de la ruta francesa del Camino de Santiago.

La Real Colegiata de Roncesvalles , construida a finales del siglo XII, es un enclave lleno de historia y su monumento por excelencia. En su interior destacan la iglesia colegial de Santa María , un edificio de estilo gótico francés perfectamente conservado en el que llama la atención su exquisita talla de la virgen; el claustro y la sala capitular, donde descansa el rey Sancho VII el Fuerte; el silo de Carlomagno , un edificio románico del siglo XII en el que cuentan que fueron enterrados los francos derrotados en la batalla de Roncesvalles, incluido Roldán; el Museo de Orreaga/Roncesvalle s que guarda piezas de gran valor como el Ajedrez de Carlomagno o la esmeralda de Miramamolín; la capilla de Santiago , un pequeño templo gótico primitivo del siglo XIII cuya campana se dice que guiaba a los peregrinos durante las tormentas, y el Itzandegia , un edificio medieval que tiempo atrás fue un hospital.

Puente la Reina

Esta población eminentemente jacobea, que debe su fundación al puente que la reina doña Mayor mandó construir sobre el río Arga, fue localidad amurallada y un ejemplo típico de pueblo calle con las casas de crujías muy estrechas intentando todas asomar su fachada a la calle Mayor. Situado a unos 24 kilómetros de Pamplona, Puente la Reina es el punto de encuentro entre dos caminos, el francés, que llega desde Roncesvalles, y el aragonés, que atraviesa los Pirineos por el puerto de Somport, por lo que es muy común ver a peregrinos en ruta a Santiago de Compostela.

Entre sus monumentos más destacados están la iglesia de Santiago El Mayor , construida en el siglo XII y ampliada posteriormente en la que llama la atención su bella portada románica con influencias moriscas, su planta de cruz latina y sus bóvedas de crucería estrellada, la iglesia del Crucifijo , románico tardía del siglo XII y ampliada en el siglo XIV, su gran puente románico del siglo XI, la iglesia de San Pedr o del siglo XIV y el convento de los Trinitarios.

Zugarramurdi

Situado al norte del Valle del Baztan, muy cerca de Francia, está Zugarramurdi , un pueblo envuelto en historias de brujas, leyendas y misticismo . Su estampa está conformada por bellos caserones, vacas pastando y el típico entramado urbano pirenaico perfectamente custodiado por la iglesia de la Nuestra Señora de la Asunción , un edificio de estilo neoclásico que destaca en el exterior por sus volúmenes y por los sillares rojos que enmarcan esquinas y vanos. El palacio Dutaria , una construcción levantada en 1857 que recuerda a las casas de los indianos, típicas de la arquitectura civil de la vecina localidad de Urdazubi/Urdax, la casa Etxenikea , claro exponente de la arquitectura popular, y la ermita de Nuestra Señora del Rosario , una de las construcciones más longevas de la villa que data del siglo XVI, completan la visita.

Pero, si algo distingue a esta localidad y atrae a turistas de todo el país es la popular cueva de Zugarramurdi , protagonista de leyendas sobre aquelarres y brujería que ha aparecido, incluso, en alguna que otra película. Se trata de un túnel natural de 120 metros de largo con alturas de hasta 12 metros y dos galerías elevadas excavado por el transcurrir de las aguas del Orabidea a lo largo de los siglos. No hay que perderse tampoco el Museo de las Brujas , un espacio que explora los orígenes socioculturales de las leyendas sobre la brujería y el papel de la Inquisición en su trágico devenir.