Jefe paramilitar colombiano admite asesinato de candidato presidencial
El jefe paramilitar colombiano Carlos Castaño ordenó el asesinato, en 1990, del candidato presidencial y ex jefe de la disuelta guerrilla del M-19, Carlos Pizarro, según admite en un libro que saldrá al mercado próximamente, informó la prensa local este domingo. Además de ... ese crimen, Castaño se adjudica en el libro ´Mi confesión´, del periodista colombiano Mauricio Aranguren, varias decenas de asesinatos y narra
la forma como planeó y ejecutó algunos de ellos, según apartes del texto
publicados por la revista Semana en su más reciente edición.
El jefe político de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) asegura que mandó matar a Pizarro porque, según él, el ex líder rebelde había tenido tratos con el narcotraficante colombiano Pablo Escobar, muerto el 2 de diciembre de 1993 por la policía. Castaño asevera que Pizarro recibió dinero del jefe del cártel cocainero de Medellín para financiar el asalto al Palacio de Justicia en Bogotá, el 6 de diciembre de 1985, y destruir los documentos de los procesos de extradición que existían en su contra.
El jefe paramilitar afirma que si el líder del M-19 resultaba electo presidente se hubiera convertido en el "idiota útil" de Escobar. "Para mí, aquella fue una verdadera acción patriótica. Cómo se hubiera enrarecido Colombia con un presidente de Escobar, y Pablo bien amigo de la
guerrilla. Esto amenazaba con desaparecer el orden institucional", comenta Castaño. "Si la historia se repitiera y las circunstancias fueran idénticas, volvería a actuar de la misma manera", agrega.
El líder de las AUC también señala que de no ser por su confesión, la
justicia colombiana no estaría en capacidad de condenarlo por el crimen del ex jefe guerrillero, quien se postuló a la presidencia de Colombia tras la desmovilización del M-19. Pizarro fue asesinado el 26 de abril de 1990 en el interior de un avión comercial que viajaba entre Bogotá y la ciudad de Barranquilla (norte). El sicario que perpetró el homicidio fue abatido por la escolta del candidato presidencial, que tenía 39 años al momento de morir.
Castaño cuenta que preparó y coordinó personalmente ese homicidio desde una sala del aeropuerto Eldorado de Bogotá, y que en la operación intervienieron otras cuatro personas, dos de las cuales sobreviven y pertenecen a las AUC. Asimismo, revela que intentó matar a Pizarro en varias ocasiones y asegura que "nunca había visto un enemigo más esquivo y astuto para impedir un atentado en su contra". "Era muy difícil ejecutarlo. Anduvimos tres meses siguiéndolo y varias veces estuvo a punto de morir. Intenté atacarlo en el aeropuerto, dentro de una marcha en plena calle y en el Congreso de la República. Allí logramos entrar la subametralladora cuatro veces pero no se dio la ocasión", revela el jefe paramilitar.
Castaño también admite haber determinado el asesinato de Bernardo
Jaramillo, candidato presidencial del movimiento de izquierda Unión Patriótica (UP), ocurrido el 22 de marzo de 1990, así como el de más de medio centenar de militantes de esa formación. Por el caso de Jaramillo, un juez penal condenó el pasado miércoles en ausencia a Castaño y a su hermano Fidel a 22 y 18 años de cárcel, espectivamente. Entre los miembros de la UP que Castaño reconoce haber ordenado matar se halla el senador Manuel Cepeda, muerto el 9 de agosto de 1994. Al respecto, el jefe de las AUC califica como una "ironía" y una "deplorable" actuación de la justicia el haberlo absuelto de toda responsabilidad por ese caso.
Asimismo, el líder paramilitar reivindica el homicidio del congesista liberal Jairo Rojas, ocurrido el pasado 6 de septiembre, pero niega ser el acutor intelectual del crimen del periodista Jaime Garzón, perpetrado el 13 de
agosto de 1999, tal como indican algunas investigaciones.
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