Leilah El Oumaari creía que De Mingo le tenía manía por el mal trato que le dispensaba, según una testigo

María Belén A. S. , una facultativa de La Concha que compareció ante el juez el pasado jueves, afirmó que la imputada -recluida en la cárcel de Soto del Real desde el 30 de abril- tuvo un comportamientomuy extraño desde algunos días antes de que ocurriera el suceso, y sostuvo que era conocido por todos los residentes del centro que tenía esquizofrenia y que "no tenía las mismas responsabilidades que cualquier otro interno.

Según puso de manifiesto en su declaración "daba miedo mirarla" -a Noelia de Mingo- y daba malas contestaciones "a Leilah y a las secretarias". "Un día le preguntó un teléfono y con cara de despreciole dijo ´yo qué sé´", aseguró la médico, quien también precisó que en la consulta ponía los pies sobre la mesa y trataba a los pacientes muy bruscamente, lo que dejaba a estos "alucinados".

La testigo indicó que Leilah tenía "muchas más responsabilidades que Noelia", algo que era criticado por el resto de residentes, entre los que se rumoreaba que la imputada tenía "esquizofrenia". También dijo que los internos habían comunicado a sus superiores el estado mental de su compañera, y que aquéllos la habían propuesto una valoración psiquiátrica que dejaron a su elección.

"Leilah tenía miedo de ella. Un día me dijo que Noelia le iba a clavar un cuchillo por la espalda porque la miraba muy mal, como si la tuviera manía", insistió María Belén, quien también manifestó que la difunta le había transmitido que era consciente de que a ella le daban más responsabilidades que a De Mingo.

En cuanto al estado de salud mental de la imputada, la compareciente relató cómo en una ocasión una de las víctimas apuñaladas, María A. , aseveró: "Está fatal y nadie hace absolutamente nada". Asimismo, rememoró un episodio en el que De Mingo tuvo undelirio estando de servicio en urgencias y durante el cual "se presentó con su madre" en el hospital.

Por último, María Belén indicó en su declaración que Noelia no hacía guardias porque las vendía a otros compañeros, práctica que está prohibida, puesto que los residentes deben cumplir un número deguardias, que son evaluadas, para aprobar los cursos MIR.