Pickleball: todo lo que debes saber sobre el deporte de raqueta de moda antes de jugar por primera vez

En España, donde ya está formada la Asociación Española de Pickleball, se puede jugar al pickleball con relativa facilidad si vives en una ciudad grande o cerca de alguno de los principales núcleos urbanos, como pueden ser Sevilla, Madrid o Barcelona. No es complicado encontrar algún club deportivo que cuente con alguna pista adaptada para este deporte que combina detalles del tenis, del bádminton y del tenis de mesa, aunque también sea inevitable compararlo con el pádel.

Seguramente, esta última disciplina sea su principal rival a la hora de conquistar público: en Estados Unidos, donde se juega menos al pádel, triunfa el pickleball y en España, donde el pádel está muy extendido, le está llevando mucho tiempo al pickleball conseguir su espacio. Pero ambos deportes pueden convivir porque no se parecen tanto como a simple vista pudiera parecer.

Lo vas a comprobar si sigues leyendo, cuando veas cómo es el material que se utiliza en el pickleball, las característica de su pista de juego y hasta la dinámica de puntuación. Pero antes de eso hay que poner en contexto el pickleball, un deporte que no ha nacido antes de ayer.

Para encontrar el origen del pickleball, aunque suene a deporte de nuevo cuño, hay que viajar en el tiempo hasta 1965. Fue entonces, explica la FPP (Federación Profesional de Pickleball), cuando Joel Pritchard, congresista del estado de Washington, y el empresario Bill Bell, dieron forma a las bases de lo que hoy es un deporte profesional en Estados Unidos, donde cuenta con su propio circuito, como el tenis o el pádel.

Lo que hicieron ambos hombres para divertirse fue improvisar, jugar con lo que tenían: unas palas de tenis de mesa, una pelota de plástico perforada y una cancha de bádminton, cuya red acabaron bajaron a partir de la experiencia de juego al comprobar que en una superficie de asfalto la pelota perforada rebotaba bien. Finalmente, crearon las reglas y, con el tiempo, en 1975, construyeron la primera pista específica de pickleball en el patio trasero de un amigo en común. Según la FFP, el primer artículo sobre este deporte fue publicado un año después en el National Observar y en 1984 se creó la primera asociación, todavía amteur, de pickleball, que en apenas dos décadas de historia ya era una realidad.

Esta asociación, la USAPA (siglas de United States Amateur Pickleball Association) dio pie ya en 2010 a la Federación Internacional de Pickleball (IFP), fecha que coincide con el inicio del despegue del pickleball tanto a nivel nacional en Estados Unidos como internacional, si bien ha sido en lo que llevamos de década cuando este deporte de raqueta ha empezado a ser conocido también en Europa.

A ello ha contribuido la inversión en marketing también de USA Pickleball, nombre actual de la federación americana de pickleball, antigua USAPA, y de marcas deportivas especializadas en deportes de raqueta, que han organizado eventos para dar a conocer este deporte fuera del país de las barras y las estrellas coincidiendo con grandes eventos deportivos como el US Open de tenis. De hecho, se hicieron virales las imágenes de Carlos Alcaraz jugando al pickleball en Nueva York en un evento publicitario celebrado en la Gran Manzana antes de dicho torneo.

El pickleball, cuyo nombre se debe, cuenta la leyenda promovida por la FFP al perro de los fundadores del juego, que se llamaba Pickles —al parecer, solía correr y robar las pelotas de juego—, se juega en una superficie dura, similar a la «pista dura» del tenis, pero en unas dimensiones distintas.

La pista de pickleball es más pequeña; se asemeja más a la de bádminton. En concreto, mide 13,41 metros de largo y 6,10 metros de ancho y está dividida en dos partes muy diferenciadas: la zona de juego libre, que sería el fondo de la pista, y la conocida como 'kitchen' (cocina en inglés), la parte más pegada a la red, en la que está prohibido volear como luego veremos en las normas de juego.

En total, la pista de pickleball tiene las líneas laterales, la línea central, la línea de fondo y la que marca precisamente el límite entre la zona donde se puede volear y la zona en la que está prohibido, la citada 'kitchen'.

La red se asemeja a la del tenis porque es baja: mide 86,36 cm en el centro y 91,44 centímetros en los extremos. Mientras que las pelotas son muy distintas a la de otros deportes de raqueta: están construidas en un material plástico específico y están perforadas. En función de si la pista es al aire libre o indoor, las pelotas son distintas: las de interior son más ligeras.

También es muy distinta la pala de pickleball, que no se parece a la raqueta de tenis pero tampoco a la pala de pádel o de tenis de mesa. Si acaso, se asemeja algo más a esta última, pero tiene características propias. El mango sí es como el de otras raquetas y palas, similar, pero no así la cara, que no tiene agujeros: es lisa o ligeramente texturizada.

Como explica el equipo de Wilson, las caras de las palas de pickleball pueden ser anchas, clásicas o largas, y su grosor es de 13 mm si se quiere obtener mayor control y hasta de 16 mm, que aportan mayor potencia. «Las palas largas proporcionan un mejor alcance y un punto dulce más cerrado para conseguir una excelente potencia», indica el fabricante.

El peso también varía respecto a la raqueta o pala de otros deportes: la mayoría pesan entre 198 y 255 gramos según el citado fabricante. «Las palas más pesadas ofrecen más potencia, mientras que las más ligeras proporcionan mejor control y maniobrabilidad», apuntan desde Wilson. Lo ideal, añaden, es que el peso «permita el balanceo sencillo sin provocar tensión en el hombro, codo o brazo».

En cuanto al material de las palas de pickleball, hay que tener en cuenta que la mayoría están hechas de grafito (compuesto de fibra de vidrio) o fibra de vidrio, los más ligeros. «La fibra de carbono mejora la sensación y el control, mientras que el compuesto de fibra de vidrio ofrece un poco más de agilidad en cada swing», explican desde Wilson.

Y, por último, también es un factor decisivo el mango o grip, siendo la mayoría de 10,2 a 10,8 cm de longitud. En este caso, el tamaño adecuado, concluye el equipo de Wilson, es el que «permite que exista un pequeño espacio entre la palma y la punta de los dedos al agarrar la pala».

Una vez equipados y conociendo la superficie de juego, queda lo más importante: conocer las normas del juego y su puntuación.

Ya te hemos anticipado anteriormente una de las más importantes: no se puede volear en la zona más pegada a la red, y tampoco se puede entrar en ella fruto de la inercia de una volea desde fuera de la misma. Es como si un jugador de tenis toca la red; el punto se pierde.

En esta zona conocida como 'kitchen' sí se puede golpear a la pelota, pero siempre y cuando haya botado antes. Por ello, en el pickleball es muy importante el juego de la muñeca, la habilidad y la flexibilidad, además de la rapidez mental.

Otra norma exclusiva del saque es la conocida como norma de los dos botes. Al sacar, lo cual se hace en diagonal, como en el tenis y el pádel, pero de cadera, como en este último deporte de raqueta, tiene que botar una vez el saque en el campo contrario antes de ser golpeado. Hasta aquí es igual que el tenis: la diferencia radica en que también es obligatorio dejar que bote el resto, de manera que el equipo que saca no puede no volear directamente el resto.

Otro matiz diferenciador es que en el pickleball solo hay disponible un saque, de manera que no existe el concepto de doble falta, y si este bota en la línea que marca el espacio de la zona de no volea o dentro de esta es fuera. En el tenis y el pádel, en cambio, si toca la línea del cuadro de saque, es buena.

En lo que sí es igual el pickleball al tenis y al pádel es que la bola solo puede botar en una ocasión: dos botes o más es punto perdido para el equipo que juega del lado de la red donde los ha dado la pelota.

¿Y qué toma del tenis de mesa el pickleball?, te estarás preguntando. Además del aspecto de la pala, la puntuación también es similar porque cada set se juega al mejor de 11 puntos, con dos de diferencia para ganarlo.

No es igual, en cambio, la forma de sumar un punto ni tampoco el turno de saque. En el pickleball solo suma puntos el equipo que saca. Si el punto lo gana el equipo que está al resto, corre el turno de saque, pero no suma nada en su casillero.

De esta forma, un turno de saque estándar en un partido de dobles —es el formato más popular, aunque se puede jugar individual— el pickleball sería así, según explica USA Pickleball: cada miembro del equipo tiene un número (jugador 1 o jugador 2). Al empezar el partido, saca el jugador 2 de un equipo; si gana el punto, suma en su casillero y sigue al servicio. Si lo pierde, hay un cambio de turno de saque y comienza a servir el jugador 1 de la otra pareja. Cuando el equipo que está al resto gane un punto, el turno de saque corre al jugador 2 de dicha pareja, y cuando este pierda un punto al saque, el turno de saque vuelve a cambiar de equipo. Además, el saque es alterno: si ganas un punto al saque, el siguiente lo haces desde la otra mitad de tu campo, en dirección al otro miembro de la pareja rival.

En resumen, cada pareja tiene dos oportunidades para ir sumando puntos en sus turnos de saque a excepción del que inicia sacando el partido, que solo tiene una, el turno de su jugador 2.

Es importante, y norma del pickleball profesional, que el jugador que saca cante el marcador antes de poner la pelota en juego: para ello, explica USA Pickleball, tiene que decir en voz alta tres números: su número de jugador (1 o 2), los puntos que lleva su equipo, el que tiene el turno de saque, y en último lugar, los puntos del equipo que resta.

Aunque está en inglés, en este vídeo oficial de USA Pickleball tienes resumidas todas las reglas del pickleball que te hemos detallado en este reportaje, por si necesitas repasarlas para estar listo de cara a tu primer partido del deporte de raqueta de moda en Estados Unidos.