Los expertos responden: ¿Por qué las orcas están 'atacando' a barcos en las costas españolas?

Ahora, con el buen tiempo, los 'ataques' de los cetáceos vuelven a suceder. Salvamento Marítimo ha confirmado 17 encontronazos en lo que llevamos de 2022 en la entrada al Estrecho de Gibraltar, aunque solo seis embarcaciones han necesitado asistencia. Pero uno de esos casos ha sido muy llamativo porque las orcas empujaron el cabo con el que se remolcaba la embarcación tras haberla dejado a la deriva. Algo que hasta ahora no había ocurrido nunca en el Estrecho y que no tenía precedentes en todo el mundo.

Para averiguar las razones de esta conducta el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico puso en marcha a finales de 2021 un estudio para averiguar las causas de las embestidas y acoso realizadas por orcas contra embarcaciones en la zona del Estrecho de Gibraltar y también en Galicia. El objetivo del estudio era proponer medidas de prevención y gestión.

«En todos los casos analizados de interacciones ocurridas desde julio de 2020 no se ha observado ninguna actitud agresiva por parte de los cetáceos hacia los humanos», señalaba el Ministerio. Sin embargo, un 15% de los episodios habían tenido consecuencias materiales sobre las embarcaciones.

«Las interacciones con las orcas han afectado, sobre todo, a los veleros de tamaño medio, con una eslora igual o inferior a 15 metros (49 pies)», señalaba un comunicado del Ministerio. «Todos los encuentros con las orcas se produjeron entre 2 y 8 millas náuticas de la costa y la velocidad de navegación osciló entre 5 y 9 nudos, ya sea exclusivamente a vela o a vela y motor».

Los encuentros «de las orcas juveniles con barcos de diverso tipo, para satisfacer su curiosidad, son habituales en las aguas del Estrecho de Gibraltar y costa del sur de Portugal, en los últimos años. En cambio, las interacciones con veleros son consideradas inéditas debido al contacto físico de los ejemplares con la estructura de los barcos», afirmaba la información del Ministerio.

Varios expertos avanzaron algunas hipótesis sobre estas interacciones, que van desde la posibilidad de que las orcas simplemente «jueguen» con los barcos hasta que estén «vengándose» por haber sido heridas por barcos de este tipo en el pasado.

Francisco Gil, patrón de barco y director del Centro de Interpretación de Cetáceos y Aula del Mar de Tarifa (CICAM) aseguraba tras las embestidas ocurridas el verano pasado que ese comportamiento inédito de las orcas era una respuesta a los ataques que ellas sufrieron en ocasiones anteriores. Él mismo pudo comprobar en sus salidas al mar cómo había orcas con heridas, cicatrices y alguna incluso había sido arponeada.

Alfredo López, profesor de biología de la Coordinadora de Estudios de Mamíferos Marinos (CEMMA), comentaba: «No es venganza. Solo actúan como medida de precaución» . Según el experto, las orcas no parecían tener un plan premeditado para causar daño a los barcos.

En cuanto al suceso ocurrido hace unos días, del empuje del cabo de arrastre, López cree que no hay novedad y es un comportamiento ya observado anteriormente en su forma de interactuar , «les llama la atención las cosas que hay alrededor del barco». En este sentido también se manifestaba Ruth Esteban, del Museo de las Ballenas de Madeira, cuando se empezaron a registrar los 'encuentros' en 2020: «Sienten curiosidad por los barcos y por eso se acercan a ellos» . «Siempre parecen ir a por el timón, y creo que es porque es una parte móvil del barco», explicaba Esteban. «En algunos casos pueden mover todo el barco con él. Si ven que tienen el poder de mover algo realmente grande, tal vez eso sea impresionante para ellas».

La neurocientífica Lori Marino, presidenta del Whale Sanctuary Project, cree que estamos malinterpretando a la especie por completo al tratar de encasillar su comportamiento en categorías simples como buena o mala, agresiva o juguetona.

Por ello, para algunos expertos también es importante ajustar el lenguaje. «Fue realmente aterrador para la gente, lo puedo entender», decía Esteban en relación a las navegantes afectados. «Pero no queremos llamarlo ataque. Lo llamamos interacción».

En cualquier caso, los científicos sí creen que es necesario seguir estudiando la conducta de las orcas porque ven en ellas un aprendizaje, una transmisión de información de unas a otras. De acuerdo con los datos registrados, en 2020 eran tres ejemplares los implicados y ahora ya son 14 .

A la espera de los resultados del estudio encargado por el Ministerio de Transición Ecológica, los expertos reiteran los consejos a los navegantes si se encuentran con algún grupo orcas: «Parar la máquina, arriar velas, dejar el timón a la vía, desconectar el automático y apagar la sonda, estar en silencio y no asomarse».