Este proyecto fue uno de los 1.378 programas sociales que más de 497 ONG consiguieron poner en marcha gracias a la financiación obtenida a través de la «X solidaria» . Esta iniciativa ha permitido a Sara conseguir un trabajo de dependienta en una conocida tienda de zapatos en la calle Fuencarral de Madrid.
«Allí me he preparado para el trabajo, he hecho cursos, he preguntado mis dudas y me han ayudado a enfrentarme a muchas entrevistas de empleo. Ahora dependo de mí misma», asegura Sara. Para esta joven, su propia historia de vida es «un ejemplo» de que la X que marcan los contribuyentes en la casilla de Actividades de Interés Social «es una ayuda real para muchas personas». «Yo soy una de ellas», asegura a ABC con una enorme sonrisa.
Carlos López, su preparador laboral, asegura que la mayor dificultad que encuentran estos programas para insertar laboralmente a las personas con discapacidad intelectual es «la falta de responsabilidad social de muchas empresas». «Faltan oportunidades porque la empresas no saben que estas personas con una formación y acompañamiento adecuado pueden hacer muy bien su trabajo», afirma.
Para conseguir que la experiencia sea un éxito, estos terapeutas ocupaciones desarrollan una metodología de empleo con apoyo. «Les acompañamos en su puesto de trabajo para ayudarles a que se adapten lo antes posible» , explica.
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