La iniciativa partió de Antonio Castillo, padre de Elena, una niña diagnosticada con TEA . Desde hace dos años, Castillo ha emprendido una campaña -precisamente- para eliminar la pirotecnia tradicional y buscar otras alternativas para lucir las fiestas populares.
«Vivimos en una localidad ... con una alta tradición pirotécnica . Hace años intenté concienciar sobre el tema a diferentes colectivos, a las hermandades, Ayuntamiento, algunas peñas, pero no obtuve ningún resultado. Sin embargo, la concejal María Rodríguez Adámez se puso en contacto conmigo -conocedora del caso- para hacerme llegar su interés por este asunto».
Y, según el padre de Elena, así comenzó todo. El pasado mes de enero, el Ayuntamiento convocó a las partes interesadas y posibles afectados para una mesa de trabajo a la que asistieron representates de las hermandades, asociaciones, colegios de la localidad, padres de niños afectados. «E incluso, el hermano mayor de la Hermandad del Rocío de Coria, quien ofreció su testimonio sobre la experiencia del municipio vecino».
De aquel encuentro, según comenta, salió el compromiso unánime de llevar la iniciativa a pleno junto a una ordenanza que acogiera esta medida. De forma paralela, Castillo ha protagonizado una campaña de recogida de firmas –unas 2.100- entre los cigarreros.
Tras llevar a pleno esta iniciativa, los grupos políticos acordaron este pasado lunes por unanimidad sustituir la pirotecnia tradicional por la denominada pirotecnia fría .
No obstante, se mantiene el chupinazo -una detonación- en las fiestas de San Sebastián, evento que organiza el diestro Morante de la Puebla. Para Castillo, se trata de un hito histórico en el pueblo. Y una tranquilidad para los autistas.
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