El concejal poeta del Aljarafe

«A mí siempre me gustó lo que estaba relacionado con el ámbito cultura con la historia o la literatura. Ya desde pequeño leía a los grandes clásicos, aunque no fue hasta los 16, cuando se juntan varias circunstancias personales y empiezo a escribir poesía», cuenta Israel.

A esa edad comenzó a escuchar música de cantautores como Paco Ibáñez, fecha en la que ocurre un drama en su unidad familiar, el fallecimiento de su tío a edad temprana, que le marca y le hace expresar sus sentimientos más profundos, desde la poesía. «Este tipo de cosas hacen que empiece a escribir a nivel muy individual, como un juego, ya que no se los enseñaba a nadie, que trataban el tema de la soledad, la muerte o el amor», comenta el autor.

A los 18 años, al mismo tiempo que iba escribiendo, fue intentando avanzar y metiéndose de lleno en la literatura en castellano de grandes poetas como Bécquer, Machado o Juan Ramón Jiménez. «Esos autores que siempre tenía en la mesita de noche me ayudaron a perfilar la forma de escribir, e hicieron que me interesara por otros de habla inglesa y francesa, al mismo tiempo que iba descubriendo otros poetas en español pero no nacidos en España como Rubén Darío o Pablo Neruda, que me dieron una evolución en mi escritura».

El primer libro que tenía pensado publicar Israel fue una recopilación de entre 150 poemas, de los que recopiló 30 de ellos, aunque nunca llegó a publicarse. Así le ocurrió en dos ocasiones, hasta que, gracias a las redes sociales, tuvo la oportunidad de conocer a otros autores , y en general, gente con los mismos gustos, y fue lo que le motivó para llevar a cabo la publicación de su primer libro.

El libro lleva por título «El Leteo» y está dedicado a su padre en su «eterno sueño», ya que fallece en 2006 y la idea general del libro está dedicado a la figura paterna y de un amigo. «Fue un sueño hecho realidad y gracias a ello, me llaman para asistir a la Feria del Libro de Madrid, para que vaya a firmar ejemplares», cuenta el poeta. Coincidiendo con la publicación del libro, también participó en Barcelona en un recital junto a gente importante a nivel de poesía joven.

Hoy en día continúa haciendo poesía, y como él asegura, «nunca esta la mente quieta». Asiste a recitales, a ciclos literarios, ferias del libro e incluso ha asistido este año a un instituto de Pilas a dar una charla a los alumnos sobre literatura. Israel no tiene unas metas ambiciosas en el mundo de la literatura. «No sé cual sería mi mayor aspiración a nivel profesional porque tampoco creo que no me he marcado ningún objetivo. Considero que lo importante es seguir escribiendo, porque tengo mucho que decir, y poder publicarlo y que a la gente le guste la verdad. Ese sería mi mayor regalo», comenta el autor.