Los precios y la política comercial marcarán este año el ritmo al campo andaluz

Y es que el sector agrario se juega mucho este año , cuando se acordará el nuevo marco financiero plurianual para el periodo 2021-2027, el primero sin el Reino Unido, dado que la salida del país de la Unión Europea (Brexit) está prevista para marzo de 2019, por lo que el nuevo presupuesto buscará paliar los efectos de su marcha.

De este presupuesto dependerá también la negociación de la próxima reforma agraria, la PAC post 2020 , cuya propuesta inicial otorga mayor autonomía a los Estados miembros. Esta «renacionalización de la PAC» ha sido rechazada por el sector agrario andaluz, que apuesta «por una política agraria realmente común», subraya el secretario general de Asaja Sevilla, Eduardo Martín . Además, la patronal agraria defiende «el mantenimiento del nivel de renta del sector, y para ello son indispensables las ayudas directas del primer pilar», así como «el sistema actual de pagos directos basado en derechos y regiones». Por contra, Asaja Sevilla rechaza el capping y los pagos redistributivos, pues «penalizan unidades productivas con actividad agraria plena», explica Martín.

En lo que se refiere a la política comercial a nivel internacional, los efectos del Brexit crean incertidumbre a las empresas agroalimentarias exportadoras andaluzas, ya que el Reino Unido es el cuarto mayor cliente de alimentos y bebidas de Andalucía. De hecho, el Reino Unido es el principal cliente de fresas y frutos rojos (con más de 240 millones de euros) y de vino andaluz (más de 38 millones de euros) especialmente de los vinos de Jerez (25 millones). A esto hay que añadir el aceite de oliva, que suponen exportaciones por valor de 90 millones de euros. Los cítricos son otro de los productos afectados, ya que el mercado británico consume 300.000 toneladas de cítricos españoles al año, con Sevilla como la provincia productora líder a nivel regional. Una fruta inmersa actualmente en una «mala campaña de comercialización» debido también a los acuerdos de libre comercio entre la Unión Europea y Sudáfrica, que está haciendo que mucha naranja se quede incluso en el árbol.

Para el cultivo del arroz 2019 también será crucial, ya que en este mes de enero, previsiblemente, la Comisión Europea tomará la decisión definitiva sobre el restablecimiento de los derechos arancelarios durante un periodo de tres años para las importaciones de arroz procedente de Camboya y Myanmar, que tiene «asfixiados a los arroceros sevillanos, españoles y europeos», denuncia Asaja Sevilla.

Se trata de masivas importaciones de arroz que entran en Europa a coste cero desde el año 2010, tras la firma de los acuerdos EBA («Everything but arms», todo menos las armas), que están presionando significativamente a los precios de los productores e industria de la Unión Europea, constatando el perjuicio económico para todo el sector comunitario, como pone de manifiesto las conclusiones de la investigación de salvaguardia iniciada por la propia Comisión Europea.

En cuanto al olivar, la provincia de Sevilla ha sufrido especialmente el revés del establecimiento de aranceles a la exportación de aceituna negra a Estados Unidos (EEUU), impuestos desde el pasado mes de agosto, que han tenido como consecuencia la caída del 70% de las exportaciones españolas de aceituna negra a EEUU durante ese primer mes. A lo largo de este año, el sector olivarero verá cómo evolucionan esas exportaciones y el efecto que tendrá el expediente que la Comisión Europea planea abrir en la Organización Mundial del Comercio (OMC) por dichos aranceles. Como medida compensatoria, la CE dedicará 2,5 millones de euros a promocionar en 2019 a la aceituna de mesa en países no comunitarios. De esa labor promocional dependerá también, en parte, la viabilidad de muchas explotaciones sevillanas.